Cuanto tiempo le queda a la television de señal abierta

A lo largo de la historia ningún medio de comunicación surgió en detrimento del otro; al contrario, sirvió para que estos se readapten o evolucionen tanto a nivel narrativo como empresarial. Según Karbaum (2018), los medios se circunscriben en una dinámica mediática que se conoce como la ecología de los medios; en donde conviven, explotan sus principales características de plataforma y se influencian entre ellos. Por ejemplo, la radio explota todos los recursos y posibilidades de la sonoridad; el cine y la televisión, crean audiencias fascinadas por las historias surgidas de la combinación creativa de la imagen en movimiento y el sonido.


Si bien es cierto que la ecología de los medios, término acuñado a Neil Postman (Scolari, 2015), permite un ecosistema mediático, hoy vivimos en un intervalo de la historia caracterizado – a diferencia de lo que Manuel Castells señalaría en el año 2000- por la transformación constante de nuestra cultura material e inmaterial que muta los medios y los convierte en depredadores de otros. La televisión ya no es la misma. Tanto su perfil como sus señas de identidad se han ido desdibujando desde la irrupción de Internet y la multiplicación de opciones de acceso y consumo de contenidos audiovisuales en diferentes pantallas y plataformas. “El germen de esta transformación es tecnológico. El aura de lo digital parece permearlo todo y afectar incluso los ámbitos narrativos que sobrevivieron al boom audiovisual del siglo XX” (Cappello, 2015, p.41).


Muestra de ello, es el estudio “Previsiones de Consumo de Medios”, realizado el 2017 por Zenith Media, donde se aprecia que Internet se acerca cada vez más a la televisión en cuanto al consumo promedio diario de los usuarios. Actualmente la diferencia entre ambos medios es de media hora. Por un lado, la televisión sigue siendo el medio más consumido en el mundo, con un promedio diario por persona de casi tres horas (170 minutos); por el otro, Internet está cada vez más cerca, con 140 minutos.


Para responder a la pregunta inicial, ¿cuánto tiempo le queda a la señal abierta?, los resultados de la empresa norteamericana señalan que la diferencia de treinta minutos entre los consumos de televisión e Internet seguirá reduciéndose y se quedará en solo siete minutos este 2019.


Lo cierto es que la televisión vive en un estado de inestabilidad constante, influenciado por las nuevas plataformas de reproducción de video personalizado y de bajo costo. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde la televisión se ve un promedio de cinco horas por día, más que en cualquier otro lugar del mundo, el negocio de la televisión de pago (con casi 100 millones de suscriptores entre cable, satélite y telecomunicaciones) ha sufrido considerables perjuicios económicos tras la irrupción de la televisión a la carta (Netflix, Amazon Prime, Youtube, etc.). En los últimos tres años los distribuidores del mercado norteamericano, han perdido un total de 6,55 millones de clientes en sus servicios televisivos. Y este proceso de sustitución tecnológica, denominado cord-cutting (cortar el cable), se va agudizando.


Además, las preferencias de consumo audiovisual online influyen directamente en el tiempo dedicado al visionado de la televisión tradicional, de modo especial en los millennials y nativos digitales o centennials. “Más del 63% de la población que ve contenidos en internet reconoce que dedica menos tiempo a la televisión por ese motivo. Esta cifra se dispara por encima del 73% en el caso de los millennials” (Guerrero y Kimber, 2017, p. 1108-1117).


Este hecho impulsa cambios y replanteos en las diferentes etapas de la producción televisiva y estrategias de marketing desarrolladas durante los últimos 20 años. Ahora la posibilidad de fusionar contenidos a través de Internet y emular su estilo narrativo y lenguaje audiovisual es primordial para que el medio conserve su etiqueta de predilecto.


También es importante reconocer que los televidentes de la actualidad ya no aceptan contenidos impuestos, sino aquellos que estén a su medida y posibilidades de pago. “Algunos autores se refieren a esta nueva fase del medio, que pivota sobre un modelo mixto online y offline, como la era del post-broadcasting (Tse, 2016). Y otros incluso discuten que deba seguir denominándose “televisión” (Uribe-Jongbloed, 2016), pues la metamorfosis derivada de su fusión con Internet es de tal calado, que parece razonable plantearse si no estamos ante un nuevo medio” (Guerrero Pérez, 2018, p.  1231-1246).


En este contexto de una pérdida casi dramática de los televidentes jóvenes millennials y centennials (personas nacidas desde 1997 o 2000, dependiendo del autor), las empresas de la televisión broadcast están obligados a la adaptación del medio televisivo al entorno cultural emergente. “Y esto significa reflexionar sobre qué transformación debe afrontar la televisión  para mantener su identidad en un momento de cambio de escenario” (A. Azurmendi, 2018, pp. 927 a 944).


Fuentes:

A Azurmendi (2018): “Reconectar con la audiencia joven. Narrativa transmedia para la transformación de la televisión de servicio público en España, Francia, Alemania y Reino Unido.”. Revista Latina de Comunicación Social, 73, pp. 927 a 944.

http://www.revistalatinacs.org/073paper/1289/48es.html

DOI: 10.4185/RLCS-2018-1289

Cappello, G. (2015). Una Ficción Desbordada. Lima, Perú: Fondo Editorial Universidad de Lima.

Cerezo, J. (2017). La Televisión que viene. Evoca. Recuperado: http://evocaimagen.com/dosieres/dosier-evoca-05-la-television-que-viene.pdf

Cunningham, S., Craig, D. y Silver, J. (2016). “YouTube, multichannel networks and the accelerated evolution of the new screen ecology”. Convergence, 22(4), 376-391. DOI: 10.1177/1354856516641620.

Tse, Y. (2016). “Television’s changing role in social togetherness in the personalized online consumption of foreign TV”. New Media & Society, 18(8), 1547-1562. DOI: 10.1177/1461444814564818.

Uribe-Jongbloed, E. (2016). “El cambio mediático de la televisión: Netflix y la televisión en teléfonos inteligentes”. Palabra Clave, 19(2), 358-364. DOI: 10.5294/pacla.2016.19.2.1.

Vonderau, P. (2016). “The video bubble: Multichannel networks and the transformation of YouTube”. Convergence, 22(4), 361-375. DOI 10.1177/1354856516641882.

Veel, K. (2018). Make data sing: The automation of storytelling. Base de datos: E-Journals. Recuperado: http://journals.sagepub.com/doi/10.1177/2053951718756686

 

 

Escrito por:

Carlos Torres Ravello

Comunicador, Productor Televisivo, Docente Universitario 
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