“El desarrollo del pensamiento crítico es una aspiración de los sistemas educativos y de la sociedad contemporánea en general, toda vez que se requieren personas con capacidad de toma de decisiones y solución de problemas, de manera creativa, innovadora, reflexiva y ética”. (Deroncele, Nagamine & Medina, 2020a, p.533).

En este sentido, formar estudiantes como ciudadanos críticos y responsables, requiere dinamizar sus procesos emocionales, connotándose en el plano intrapersonal la autoconfianza como una configuración psicológica clave que impacta significativamente en su desarrollo.

Los estudiantes están convocados a ser cada vez más protagonistas de su propio aprendizaje. Así, “la base de un enfoque de pensamiento crítico basado en el autoaprendizaje requiere que el docente promueva recursos que le permitan al estudiante aprender a aprender, desplegando una cultura didáctica de construcción activa, creativa y proactiva del estudiante” (Deroncele, Nagamine & Medina, 2020b, p.70).

Ello convoca al docente a replantearse nuevas estrategias formativas, para las cuales deberán reflexionar sobre estas interrogantes: ¿estamos pensando críticamente sobre el pensamiento crítico? (Liyanage, Walker & Shokouhi, 2021), ¿estamos innovando didácticamente sobre cómo construir en el estudiante la capacidad de reflexión proactiva, solución de problemas, toma de decisiones y comunicación asertiva?

Las respuestas a estas preguntas abrirán nuevos caminos, en un momento en el que navegamos por las incertidumbres, donde los educadores deben ser responsables de enseñar lo que aún no se conoce, y donde los conocimientos preestablecidos se deconstruyen y surgen nuevos valores sociales. Dentro de este escenario, es necesario conectar los principios del emprendimiento social con la práctica del aprendizaje transformativo colaborativo para promover una ciudadanía inclusiva y el conocimiento contextualizado. Esto permitirá que los estudiantes se conviertan en protagonistas de procesos transformadores de sus realidades (Penna & Campelo, 2021).

Otra de las estrategias formativas del pensamiento crítico en la práctica profesional es la integración entre la educación y la investigación, lo cual permite desde las actitudes construir una ética de la virtud, que se concreta en comprender y justificar las decisiones y orientar las acciones. Estaremos, así, ante un estudiante crítico, analítico, innovador, que pone en práctica su pensamiento crítico como proceso complejo y dinámico formado por actitudes y habilidades estratégicas (Kulishenko, Kryakina, Razova & Shustova, 2020).

Así, para el pensamiento crítico, y particularmente para la autoconfianza, que es un componente emocional dinamizador de este pensamiento, debemos ser capaces de proyectar estrategias formativas que potencien la creatividad, la innovación, la flexibilidad y la solidaridad a partir de temas de la vida real (Penna & Campelo, 2021), y atendiendo no solo las necesidades de formación, sino esencialmente a las potencialidades formativas de los estudiantes, a sus núcleos positivos personales (Deroncele, Medina y Gross, 2020).

Como apunte final se rescata el efecto de la educación invertida en la capacidad de pensamiento crítico de los estudiantes (Viriyavejakul, 2020), pero considerando que el aula invertida requiere dar al estudiante más autonomía, participación y protagonismo, posibilitando una colaboración dialógica horizontal docente-estudiante. Además, desestructurando cada vez más los patrones de hegemonía docente, de monólogos del profesor. Se necesita más diálogo construido en nuestras aulas, precisamente esta comunicación horizontal es una poderosa herramienta, una pertinente estrategia formativa para generar pensamiento crítico y autoconfianza.

Sobre la facultad
La Facultad de Educación de USIL forma profesionales con vocación de servicio y compromiso con el país a través de la educación y el desarrollo integral sobre el ser humano, utilizando con responsabilidad y ética metodologías educativas que potencian el aprendizaje en contextos diferenciados. Entérate más aquí.

Fuentes de investigación

  • Deroncele Acosta, A., Medina Zuta, P., y Gross Tur, R. (2020). Gestión de potencialidades formativas en la persona: reflexión epistémica y pautas metodológicas. Universidad y Sociedad, 12(1), 97-104. Recuperado de: https://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus/article/view/1417/1444
  • Deroncele Acosta, A., Nagamine Miyashiro, M., y Medina Coronado, D. (2020). Desarrollo del pensamiento crítico. Revista Maestro y Sociedad, 17(3), 532-546.
  • Deroncele Acosta, A., Nagamine Miyashiro, M., y Medina Coronado, D. (2020). Bases epistemológicas y metodológicas para el abordaje del pensamiento crítico en la educación peruana. Revista Inclusiones. 7(Número Especial), 68-87.
  • Kulishenko, I.V., Kryakina, E.V., Razova, E.V., Shustova, E.V. (2020). Formation of critical thinking competences within physical education personnel training system. Teoriya i Praktika Fizicheskoy Kultury, 2020(12), pp. 28-29
  • Liyanage, I., Walker, T., Shokouhi, H. (2021). Are we thinking critically about critical thinking? Uncovering uncertainties in internationalised higher education. Thinking Skills and Creativity, 39,100762
  • Penna, K.N., Campelo, S.P. (2021). Social Consciousness and Critical Thinking: Reconciling Social Entrepreneurship and Transformative Education. Smart Innovation, Systems and Technologies, 208, pp. 159-170
  • Viriyavejakul, C. (2020). The effect of flipped education on undergraduate student critical thinking ability. International Journal of Online Pedagogy and Course Design, 10(4), pp. 59-67

Escrito por:

Ángel Deroncele Acosta
Docente de la Facultad de Educación de USIL. Cuenta con un Posdoctorado en Psicología Educativa y Organizacional por la Universidad de Almería, 2018; Universitat de València, España 2019. También con un grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, PhD.