Desde hace mas de 10 años en la Universidad San Ignacio de Loyola analizamos el mercado laboral en el campo de las artes y el diseño. El resultado mostraba que las tecnologías de la información y la preocupación -cada vez más creciente- sobre el cuidado del planeta y del hombre mismo, tomaba un gran impulso. La búsqueda de una mejora en la calidad de vida, y que al mismo tiempo pudiese representar oportunidades para aquellos grupos que no tenían acceso si quiera a esa condición resultaba importante.

Es en este escenario que la Carrera de Arte y Diseño Empresarial toma la decisión de formar un diseñador gráfico que pueda hacer frente a ese reto. Ser un profesional humano y holístico, respetando y considerando la diversidad cultural de la que es parte. Siendo generador de identidad a través de los proyectos desarrollados y, sobre todo, tomando como punto de partida la investigación académica y en artes para conocer el problema de estudio y a partir de ahí proponer un concepto sólido y coherente al público objetivo al cual se va a dirigir.

Con todo ello, este profesional incluía dentro de su proceso de formación un reforzamiento de las técnicas y herramientas de la comunicación, que le permite ser considerado como desarrollador de proyectos de comunicación visual. Porque no solo hace el diseño, sino que al investigar y analizar el contexto de la situación o problema le permite conceptualizar, establecer el diseño y desarrollar las estrategias de comunicación para garantizar todo el proceso.

Es así que un diseñador gráfico, o mejor dicho un comunicador visual, es capaz de trabajar en primer lugar en su propia oficina o emprendimiento de comunicación visual. Estos últimos dos años de pandemia han demostrado que este profesional puede trabajar desde cualquier lugar para clientes ubicados en diversos puntos del planeta. Tiene la habilidad de conocer muy bien el proceso de diseño y sobre todo el uso de herramientas de investigación que le permiten fundamentar y sostener sus propuestas. También es un profesional que, al desenvolverse de manera individual, es, en sí mismo, una agencia de medios que maneja los diversos códigos de comunicación para las plataformas digitales que existen y siguen surgiendo hoy.

Por otro lado, también tiene todas las competencias para trabajar en áreas de comunicación y desarrollo de diversos organismos estatales, estableciendo proyectos de comunicación con el entorno y otros que beneficien al público en general. Por su formación, este diseñador encuentra un espacio laboral en oficinas de comunicación de Organismos no Gubernamentales ONG para dirigir un grupo interdisciplinario de profesionales en el desarrollo de estrategias de comunicación visual -que incluye el diseño gráfico tradicional- en proyectos de gran dimensión en donde se requiere conocer minuciosamente al público objetivo y los alcances y beneficios del mismo.

En el campo comercial, puede desarrollarse en áreas de marketing visual en tiendas por departamento, supermercados, centros comerciales y todo comercio retail, incluyendo el saber manejar los canales de comunicación que toda empresa debe saber manejar el día de hoy.

Como podemos ver, el diseñador gráfico post pandemia es un profesional humano y sensible que conoce y respeta el entorno donde se desarrolla y que tiene la habilidad holística de mirar de manera amplia las situaciones o problemática para luego llegar al punto específico y proponer soluciones, porque desde el diseño el mundo es más optimista.

Escrito por:

Dr. Rafael Vivanco
Director de la carrera de Arte y Diseño Empresarial de USIL. Doctorando en Antropología por la PUCP, cuenta con una Maestría en Docencia Superior por la URP y es licenciado en Educación por la USIL.