En este campo, una de las grandes dudas gira en torno a diseñar o rediseñar: ¿es lo mismo?, ¿cuándo son necesarios? Estas preguntas tienen muchas respuestas. Depende de los criterios y la información con la que se trabaja para contestar apropiadamente y, sobre todo, de la decisión de los altos mandos de la empresa.
Desde mi punto de vista, si una marca está funcionando mal, no significa que esto se deba a su imagen, identidad o conexión con el público objetivo, sino que pueden existir factores diversos que lo explique. Por ejemplo, simplemente que este sea un mal producto, que la imagen que proyecta la marca no esté asociada con la realidad del producto o que nunca existió un concepto que englobe la comunicación de la marca, como suele ocurrir.
También es importante señalar que aún es frecuente escuchar el pedido de un logotipo o logo como si la marca solo necesitara eso para potenciarse, de una combinación de síntesis con alguna tipografía. Esta situación ya no debería suceder más porque ahora existe un profesional del Diseño y Gestión de Marca, capaz de desarrollar, gestionar y cuidar una marca o producto y la comunicación de ambas en beneficio de la empresa. Este profesional, junto con la dirección de la empresa, decide el concepto que define el espíritu de lo que se desea transmitir, marcando un norte y una guía sobre la cual deben de girar todos los objetivos de comunicación.
Por ello, si mencionamos la palabra rediseño es porque algo estuvo fallando en la comunicación, pero solo una parte, la cual debe haber sido la identidad. Si lo que estuvo fallando es el producto en sí mismo, por su calidad, de nada sirve mejorar la identidad visual. Aquí es importante señalar que la imagen de una marca debe reflejar lo que finalmente es. Deben de estar asociadas y ser honestas. No se pueden crear falsas expectativas respecto a un producto desde lo visual y brindar una mala experiencia cuando es consumido.
Por otro lado, por lo general, se escucha la palabra rediseño cuando hay un fracaso en ventas, pero antes de ello debe de existir un análisis de las razones, pues de nada servirá cambiar la imagen de marca sino se sabe cuál es el factor que está fallando.
Por último, ¿para qué rediseñar algo que está funcionando bien? En algunos casos, consideran que es para rejuvenecer la marca y este es otro error. Hay varios ejemplos de fracasos en su propuesta de rediseño que tuvieron que dar marcha atrás porque simplemente las cosas antes estaban funcionando bien. Lo mejor es siempre partir de una buena investigación que genere un concepto capaz de sostener toda la comunicación y, sobre todo, contratar un profesional de diseño que garantice un buen trabajo. Hoy en el Perú, este profesional integral y capacitado existe: lo formamos en USIL.
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