Cuando decidió participar en la modalidad de salto largo en el Meeting Sudamericano de Atletismo Indoor Jürgen Berodt en Cochabamba, Bolivia, José Luis Mandros sabía que su arduo entrenamiento podía garantizar un buen resultado, pero no imaginó que su desempeño en el certamen lo llevaría a obtener una triple alegría: logró la medalla de oro, batió el récord peruano al lograr 8.17 metros y clasificó al Mundial Indoor en Serbia. “Va a ser la primera competencia de este tipo en toda mi vida. Es súper lindo. Todavía proceso ese campeonato, esa victoria, la marca, lo que significa todo, me siento muy feliz”, afirmó.

Sin embargo, el objetivo más grande que persigue el atleta, de 23 años, no es el mundial, sino llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024 y ganar una medalla. Y, aunque es consciente de que para hacerlo debe alcanzar o superar la marca de 8.22 metros un año antes de la cita olímpica, no lo ve como un problema. “Yo salté acá en Bolivia 8.17 en pista cubierta. Normalmente, en pista abierta se salta un poco más y la marca mínima que piden es de 8.22. He hecho 8:17 y son 5 centímetros más que se pueden saltar. Voy a ir a buscar una medalla en París 2024 y ya no me preocuparé por la clasificación, sino por ir a competir”, aseguró.

Lo cierto es que la clasificación al mundial cambió el foco que el atleta tenía, pues si bien el plan de preparación para los Juegos aún no lo ha discutido con su equipo, ahora están enfocados en el entrenamiento que José Luis seguirá en Europa para competir dentro de tres semanas en Serbia. “La preparación va a ser muy corta y de allí de nuevo hay que ponerse a competir al aire libre”, dijo el atleta. No obstante, confía en mostrar su mejor versión. “Yo siempre voy a las competencias a tratar de ganar y llegar en la mejor forma posible. Voy a dar lo mejor de mí”, aseveró.

Pese al exigente entrenamiento al que se somete, José Luis no solo se prepara para las competencias de salto largo, pues también estudia la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), en donde recibe el apoyo necesario para que avance en su educación superior, sin que ello interrumpa sus entrenamientos y que pueda representar al Perú.

“Lo bueno que tienen los programas de la USIL es que nos dan la posibilidad de elegir nuestros horarios y que se nos abran los cursos antes, y uno más o menos ya conoce su calendario de competencias. Normalmente, se compite los fines de semana, y por eso trato de ponerme en algunos cursos. No te llegas a inscribir en todos, avanzas la carrera un poco más lento, pero la estás llevando a la par con el deporte y, como nos dan esa facilidad de poder elegir nuestros horarios, uno ya se puede acomodar”, indicó.

Dado que constantemente debe viajar para competir, el atleta recibe el respaldo de la USIL para poder rendir evaluaciones, recuperar clases o llevar clases virtuales, lo que le ha permitido seguir adelante con su carrera. “Cuando uno está por viajar a alguna competencia, lo comunica y te ayudan sin ningún problema a recuperar clases, a recuperar los exámenes. Por ese lado, también a uno le da seguridad y tranquilidad para seguir haciendo las dos cosas (el deporte y los estudios)”, enfatizó.