De acuerdo con Guillermo Zevallos Rospigliosi, director académico de la carrera de Ingeniería Civil, las prácticas pre-profesionales son un elemento indispensable en la formación de un profesional. Es por ello que se incluyen como requisito de graduación y de obtención del grado académico en todas las universidades.
“Durante la formación de especialidad del estudiante, a lo largo de sus años de estudio, se tienen cursos teóricos, cursos prácticos y laboratorios. En los cursos teóricos se imparte la teoría que sustenta la práctica, y en nuestra especialidad de ingeniería, el diseño. En los cursos prácticos, se busca aplicar los conocimientos y bases teóricas para generar un diseño o solución. En los cursos con laboratorios, se va un paso más adelante haciendo que el estudiante experimente y contraste la teoría con la práctica y la realidad. Las prácticas pre-profesionales permiten que el alumno integre las competencias adquiridas durante sus estudios con las prácticas usuales de trabajo. También le permiten familiarizarse con las normas, regulaciones, usos y proveedores dentro de su especialidad, explica Zevallos Rospigliosi.
Es así como durante las prácticas pre-profesionales el todavía estudiante está bajo la mentoría de un profesional con experiencia quien lo guía y orienta. “Esto es muy importante, y muchas veces marca la especialidad que el joven profesional elige como base para su carrera. En pocas palabras, las prácticas pre-profesionales le enseñan a trabajar al estudiante dentro de su área de estudio”, señala el director académico.
Finalmente, Zevallos Rospigliosi apunta que es indispensable que las prácticas que se realicen estén dentro del ámbito profesional de su carrera en estudio. “Al momento de validar las prácticas pre-profesionales de un estudiante, revisamos que la empresa en la que se realizaron las prácticas y el área de trabajo coinciden con los objetivos educacionales de la carrera”, concluye.
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