La Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) anuncia una nueva expedición a la Antártida, en la que investigadores de la carrera de Ingeniería Ambiental desarrollarán dos importantes proyectos orientados a la preservación y el estudio del entorno antártico. Esta misión, financiada por USIL y respaldada por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, busca contribuir al conocimiento científico sobre la gestión ambiental y la conservación de hábitats de depredadores superiores en esta región de extrema fragilidad ecológica.
Objetivo y proyectos de la expedición
El objetivo central de esta expedición es evaluar los aspectos críticos de la Estación Científica Machu Picchu (ECAMP) y de los hábitats de fauna de depredadores en la Antártida. Para lograrlo, USIL ha diseñado dos proyectos de investigación:
- Gestión ambiental de la ECAMP: este estudio tiene como propósito optimizar el suministro de agua y la gestión de residuos sólidos en la estación, así como medir su huella de carbono.
- Hábitat para depredadores superiores: este proyecto busca evaluar las preferencias de hábitat de los pingüinos y las focas, realizar censos regulares de fauna y registrar parámetros ambientales y físicos.
Equipo de investigadores y duración de la expedición
La expedición contará con dos investigadores principales de USIL: Miguel Mucha Torre, especialista en gestión ambiental, y Luis Alfredo Santillán Corrales, experto en hábitat de depredadores superiores. Ambos magísteres en Ciencias serán los responsables de cada proyecto.
La expedición comenzará el 26 de noviembre con el traslado a Punta Arenas (Chile) para luego embarcarse hacia la Antártida en el BAP Carrasco. La llegada a la base está prevista para el 6 de diciembre y el retorno será el 7 de enero de 2025. Durante la fase inicial se realizarán las evaluaciones de primer año en ambos proyectos. La segunda etapa de evaluación será en el verano del año 2026.
Tecnología y seguridad
Los investigadores de USIL emplearán equipos de alta tecnología para monitorear las condiciones ambientales y de hábitat. Esto incluye fotómetros y multiparámetros para la evaluación de la calidad del agua, así como termohigrómetros, anemómetros y binoculares especializados para los estudios de fauna y monitoreo de ballenas.
Siguiendo los lineamientos del Convenio Antártico, se cumplirá con estrictas directrices de conservación para proteger el ecosistema antártico. Lo que incluye restricciones para acceder a áreas sensibles como zonas de reproducción de pingüinos.
Desafíos logísticos y ambientales
La expedición enfrenta múltiples desafíos logísticos como la limitación en el acceso a recursos y las bajas temperaturas. Lo que puede impactar en el cronograma de trabajo. Para asegurar el éxito de la misión, el equipo ha realizado una exhaustiva preparación para llevar todos los materiales de investigación necesarios.
Relevancia científica y social
Los resultados de esta expedición serán fundamentales para la comunidad científica y la sociedad. El estudio sobre la calidad del agua proporcionará datos clave sobre las fuentes potenciales de agua para la base. La investigación sobre residuos contribuirá a mejorar su gestión bajo principios de economía circular. Además, el análisis de hábitats permitirá identificar características ambientales preferidas por especies como pingüinos y focas, ofreciendo una base para su conservación.
Cabe indicar que esta expedición aportará valiosa información sobre un entorno natural poco estudiado. De esta forma, USIL contribuirá con la política antártica del Perú y reforzará su compromiso con la sostenibilidad y la preservación de ecosistemas frágiles.
También, beneficiará la formación de los estudiantes de la carrera de Ingeniería Ambiental y servirá de inspiración para futuros investigadores. Con esta misión, USIL no solo fortalecerá su liderazgo en investigación ambiental y preservación de los ecosistemas polares, sino que abrirá nuevas oportunidades de colaboración en proyectos científicos nacionales e internacionales.
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