Próximos a cerrar la venta del 24% de la USIL a un fondo de inversión colombiano-estadounidense, este conglomerado peruano de educación alista su expansión en varios países de América Latina. Raúl Diez Canseco, cabeza de este emporio, se prepara para celebrar los 50 años con miras a convertirse en una corporación educativa global y con gran enfoque tecnológico.

Próximos a cerrar la venta del 24% de la USIL a un fondo de inversión colombiano-estadounidense, este conglomerado peruano de educación alista su expansión en varios países de América Latina. Raúl Diez Canseco, cabeza de este emporio, se prepara para celebrar los 50 años con miras a convertirse en una corporación educativa global y con gran enfoque tecnológico.

Entrevista de América Economía a Raúl Diez Canseco Terry, fundador y presidente del Directorio de la USIL.

El próximo año la Corporación Educativa San Ignacio de Loyola cumple 50 años ¿Cómo ha evolucionado durante todo este tiempo?

Ha sido una historia ininterrumpida y de lucha donde hemos ido acompañando a las grandes transformaciones de la educación. No nos olvidemos que en 1968, año en que se fundó la Academia San Ignacio de Loyola en la parroquia Nuestra Señora de Fátima con ayuda de algunos padres jesuitas, estábamos en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado y con el presidente Fernando Belaunde deportado.

Mi padre perdió el trabajo, yo era buen alumno en la universidad y se me ocurrió abrir una academia preuniversitaria, un emprendimiento que genere ingresos. Soy una muestra de lo que puede hacer un sistema educativo que apoya a los jóvenes estudiosos, talentosos y siguiendo lo que el presidente Belaunde siempre insistió, que la única manera de distribuir riqueza es un país en vías de desarrollo como el Perú es con la justa y equitativa distribución del conocimiento.

Han pasado muchos años y cambios desde entonces y el sector educación ha sido muy golpeado.

La educación es como un triángulo equilátero, ningún lado es más importante que el otro. Tienes al Estado, la cátedra –el sector educativo- y la empresa privada. No se puede sacar adelante la educación de un país sin una alianza estratégica y con miras a una política de Estado, porque la educación no te da resultados en el corto plazo.

En el pasado hubo muchos gobiernos que no le dieron la importancia debida, porque querían ver resultados a la vuelta de la esquina y en la educación, lo que se siembre hoy se cosecha en generaciones futuras. Esta es la gran transformación que el país requiere y si ahora nos quejamos tanto de todo lo que vemos es por la falta de cultura. Afortunadamente en los últimos gobiernos se ha hecho algo. En el gobierno de Toledo se duplicó el sueldo de los maestros y se comenzó a subir el porcentaje del PBI en educación, que estaba muy por debajo del promedio de América Latina.

En el segundo gobierno de Alan García, el ministros José Antonio Chang hizo la gran transformación con las evaluaciones de los maestros. Ollanta Humala no supo aprovechar las cosas positivas que hizo en su gobierno, como el Programa Beca 18, donde hay 80,000 o 100,000 jóvenes talentosos en extrema pobreza rescatados de su miseria y traídos a las mejores universidades e institutos superiores en el Perú. En este periodo (el exministro) Saavedra fue un gran actor. En nuestra universidad hay 3,200 estudiantes del programa.

A pesar de todo, el sector sigue siendo mal visto

El Perú aún no se da cuenta que lo que va a cosechar el país es lo que viene ahora, porque el esfuerzo económico y sin precedentes ya se hizo y es consecuencia del país que crece y requiere capacitación para los maestros. Nosotros hemos capacitado a cientos de maestros y no solo en el programa de maestrías en educación, sino también en inglés. Lo que se verá en nuestro país dentro de muy poco tiempo es una gran transformación. La habilidad del país son esos chicos que han sido bien formados y que el mercado los tiene que absorber. Por eso hemos decidido salir a colocar a los alumnos que ya comenzaron a salir al mercado laboral. Estuve promoviendo a estos jóvenes de Beca 18 en Iquitos, Tarapoto, Cajamarca, Trujillo y Chiclayo, porque lo que siempre pasaba es que el talento provinciano se llevaba la capital. Estamos promoviendo que este talento regrese y ahora el reto es que las empresas regionales lo absorban.

El otro tema es que el Estado lo absorba. Si queremos acabar con la corrupción, deben tener gente bien preparada, porque esos chicos, además de talentosos, son gente con una ética muy bien formada y agradecidos a su país, A partir de este año estos chicos comienzan a ingresar al mercado.

Hablando específicamente de la organización ¿cómo está ahora?

Nosotros nacimos promovidos por una filosofía que descansa en cuatro pilares. Uno de ellos es el emprendimiento: vislumbramos desde el comienzo que teníamos que ser emprendedores, que el mundo iba a cambiar. Esta revolución tecnológica está sistematizando el mundo. Cada vez va a haber menos puestos de trabajo y fíjate si en el transcurso del tiempo esto no ha ido cambiando. Desarrollamos en los jóvenes los instrumentos y las herramientas de la gestión empresarial, es decir, cómo yo puedo ser gestor de mi propio destino, de mi propio puesto de trabajo. Promovimos eso desde muy jóvenes.

Otro pilar es el de la responsabilidad social. Queremos que nuestros alumnos desarrollen emprendimientos pero que contribuyan al desarrollo social y a la mejora de la calidad en la vida de los peruanos.

La globalización también es otro punto fundamental. Queremos que nuestros alumnos puedan desenvolverse en cualquier parte del mundo. Finalmente, nos interesa la investigación y el desarrollo.

¿Qué tan global es hoy la corporación?

La USIL tiene más de 240 alianzas estratégicas internacionales con reconocidas instituciones en todo el mundo que permiten a nuestros alumnos estudiar en el extranjero. En Paraguay creamos el colegio y la universidad. En Estados Unidos el año pasado el Departamento de Educación de Florida aprobó el cambio de denominación de San Ignacio College por San Ignacio University, donde atendemos básicamente a estudiantes latinos. En China tenemos el Centro Peruano para Estudios Latinoamericanos para el intercambio de estudiantes.

Con la exposición y contactos internacionales que tienen ¿no piensan posicionar más la Escuela de Posgrado?

Es una gran oportunidad. Hemos hecho alianzas interesantes con algunas instituciones de mucho prestigio en el mundo. Están muy interesados en la educación virtual y eso es algo que también tiene que cambiarse en la ley, porque si quieres tener un profesor de calidad en Amazonas, la única forma de hacerlo es virtualmente. De esta forma, con la tecnología un profesor puede llegar a un lugar donde no es posible hacerlo presencialmente porque no hay acceso o cuesta mucho.

Esta presencia internacional también ha captado la atención de inversionistas. Ustedes están próximos a cerrar un proceso de venta con un fondo de inversión ¿Cómo se dio esto?

Hicimos una convocatoria. Teníamos que salir al mercado pero lo interesante, y la reflexión de esto es la buena imagen que tiene el Perú como país. El fondo viene con una bandera del mundo y tiene que ver un país con las garantías y con las aperturas adecuadas. Se trata de un fondo de inversión colombiano-estadounidense que invierte en educación y va a adquirir el 24% de la universidad. Va a ser una de las operaciones más importantes. Lo segundo es que nuestra institución los atrajo porque ha hecho las cosas bien a través de los años y decidió abrirse al Perú.

Creo que hay muy pocas organizaciones que ofrecen escuelas para niños desde un año. No solo tenemos el colegio San Ignacio de Recalde, sino que trajimos un programa que se llama Coloring Dreams de educación temprana que nace en Estados Unidos. Es una franquicia que trajimos al Perú y la estamos implementando en Paraguay.

El hecho de tener integradas todos las fases y los estamentos, la escalera virtuosa de la educación, te da una visión más amplia de lo que tienes que hacer. Tenemos alianzas con todo el mundo. Acabamos de estar en Singapur y nos dicen que ya no quieren alumnis, que es como se les llama a los egresados, sino que el objetivo es que el alumno que va a Singapur nunca se vaya porque la educación en Singapur es continua, es algo permanente.

El que no se actualiza en el mundo de hoy en pocos años será obsoleto. La gran responsabilidad de Singapur como país es seguir vislumbrando y acompañando al joven singapurense hasta el final e ir innovando y trayendo carreras nuevas. Eso es lo que hay que hacer como universidad y como país. Por eso a veces no entiendo cuando quieren meter en un mismo saco a todas las universidades en el Perú, cuando hay, como en cualquier cosa en la vida, lo bueno, lo malo y lo feo, pero lo bueno vale porque está en competencia en el mundo.

¿Qué nuevas carreras van a implementar?

Robótica y medicina. Vamos a formar al médico tradicional por siete años con un acento especial en los temas de nutrición, que son nuestros activos. La especialización será la medicina funcional, la prevención. Vamos a formar médicos que evitarán que te enfermes. El Perú no invierte nada en prevención, hablando ya como país, pero de hacerlo ahorraríamos millones de dólares. Cada vez se muere más gente de cáncer, cuando lo llevan al médico ya está en fase tres y no hay nada que hacer.

Paraguay es el país donde tiene todos los niveles de educación ¿Qué otros planes tienen en este mercado y en qué otro país pueden replicar ese modelo?

En Bolivia. Teníamos mucho entusiasmo de ir a Ecuador, pero después de las elecciones nos han vuelto a marcar un stop ahí y yo creo que en Colombia vamos a hacer cosas muy interesantes.

Hay grupos panameños muy importantes que nos vienen buscando hace tiempo por nuestros colegios, porque en Panamá el tema escolar también es complicado. Hay buenas escuelas pero no son muchas.

¿En Bolivia, Panamá y Colombia irán solo con colegios?

En Panamá hay mucho interés por el colegio. Nuestro colegio es muy bonito. Si bien tiene nombre de un santo, no es religioso, pero hay una formación religiosa profunda si hablamos de valores. Es un colegio bilingüe, que no es un colegio nativo como el Roosevelt, pero en los concursos de debates somos bien respondones y ganamos, lo que significa que nuestra educación en inglés es muy interesante.

¿Y qué hay de su expansión a provincias?

Vamos a ir a Arequipa con el instituto, la universidad y también un colegio.

¿Cómo ve a la corporación en los próximos años?

No sé si estaré para verlo, pero me gustaría que sea totalmente global, donde el tema digital sea la vía medular del desarrollo, porque hoy en día la tecnología no discrimina y en lugares donde no hay agua ni luz hay un celular. Creemos que la revolución digital tiene que entrar con todo en la organización San Ignacio de Loyola y el tema de la investigación científica también, pero orientada a los alimentos.

En los últimos años he aprendido que todas las enfermedades nacen de los que comes. Para mí, una de las grandes ciencias que va a desarrollarse es la nutrición, carrera que tenemos en pregrado, maestría y doctorado, en los tres niveles. No es una facultad que esté reventado de alumnos pero pienso que con el tiempo así va a ser, porque cada vez la gente es más consiente sobre alimentarse adecuadamente. Imagínate todo el debate que hubo recientemente por el tema de la leche, lo que pone en evidencia que no es la leche misma, sino el consumidor, sobre todo el joven, quiere saber qué es lo que está comiendo y toma más conciencia de las letras chiquitas.

Hay más gente consumiendo productos orgánicos y le dice no a los transgénicos. Lo bueno en el Perú es que han hecho una espera es este tema, porque teniendo el territorio que tenemos, no deberíamos meternos a los transgénicos.

Fuente: América Economía, sección Entrevista, páginas 40-43, lunes 31 de julio de 2017

Vea aquí la versión impresa de la entrevista