Una de las cosas más importantes que debemos considerar antes de querer plasmar una idea de negocio a un plan estructurado son dos puntos importantes: Hacer una investigación prospectiva e identificar qué problema queremos solucionar y/o qué necesidad queremos satisfacer.

Los emprendedores suelen guiarse por su instinto, intuición y por su experiencia, pero eso no siempre es suficiente para asegurar el éxito de un emprendimiento. Existe un método científico que permite “ver el futuro” de una posible idea de negocio, ¿suena bien, no? Esta es la importancia y necesidad de realizar una prospectiva sobre una idea de negocio. Según la Real Academia Española, prospectiva es un conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o predecir el futuro en una determinada materia. En este sentido, la prospectiva de una idea de negocio busca responder las preguntas como “¿Qué puede ocurrir?”, “¿Qué puedo hacer?”, “¿Qué voy a hacer?” y “Cómo voy a hacerlo?”, entre otras más, sobre la aplicación de una idea de negocio.

En primer lugar, debemos utilizar todos los medios disponibles para conseguir información secundaria y primaria en base al sector que nos interesa incursionar. La información secundaria es aquella generada por entidades, empresas privadas y públicas, y medios de información que han ejecutado una investigación para un fin específico que puede servirnos como dato importante sobre el desempeño del mercado al que pensamos dirigirnos, podemos recurrir a información de Municipalidades, Cámara de Comercio de Lima, revistas y diarios especializados, siempre asegurándonos que la fuente que generó dicha información sea confiable. Por otro lado, existe la información primaria que es aquella generada por uno mismo y para el fin específico de nuestro interés; existen dos tipos de investigación para desarrollarlas: Cuantitativa y Cualitativa. El instrumento más común desarrollado en la investigación cuantitativa es la encuesta, mientras que en la cualitativa se encuentran los grupos de enfoque y entrevistas a profundidad.

Aquí la preparación del emprendedor-investigador es fundamental y, para ello, la planificación es clave para llevar a cabo una investigación cualitativa.

Toda la información obtenida nos permitirá hacer un análisis que nos servirá para desarrollar y confirmar el segundo punto mencionado al inicio de esta publicación: la identificación del problema y/o necesidad que queremos solucionar. Para esto es importante que primero tengamos claro que hacer un emprendimiento no solo tiene un propósito principal, que es hacer dinero, sino solucionar un problema real de la gente a la que estamos digiriéndonos con un producto o servicio. Un problema es una realidad negativa que se desea y que se puede cambiar y para identificarlo hay que definir y caracterizar adecuadamente las causas y efectos de los distintos problemas de un entorno mediante un diagnóstico realizado, usualmente, con la herramienta del Árbol de problemas. Se le llama Árbol de problemas porque plasma gráficamente las causas como las raíces del problema central, y los efectos como las posibles consecuencias de no llevar a cabo la idea de negocio para solucionar ese problema. En su desarrollo se tienen que identificar las relaciones causales y analizar cuáles son las que afectan directamente al problema central, como también aquellas que van afectando de manera indirecta. De esta manera sabremos qué alternativas de soluciones podemos dar a ese problema central y, de todas estas soluciones, cuál sería la más innovadora, conveniente y rentable, según la focalización del negocio.

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Es así que, de esta manera, podemos iniciar con buen pie la planificación y elaboración de un proyecto de negocio.

Escrito por:

Enrique Castro Guzmán
Coordinador académico de la carrera de Administración y Emprendimiento de USIL https://www.linkedin.com/in/enriquecg Magíster en Ciencias Empresariales y licenciado en Administración por la