El representante de la Fundación Konrad Adenauer alertó sobre la era de las policrisis y el dominio de las grandes potencias, y pidió al Perú diversificar sus alianzas y reforzar sus instituciones para enfrentar los retos del nuevo escenario mundial.

El Dr. Robert Helbig, representante de la Fundación Konrad Adenauer en el Perú, afirmó que el Perú tiene la oportunidad de convertirse en un puente entre América Latina y Asia, siempre que exista voluntad política, visión de largo plazo y acción coordinada.
El especialista en política internacional recibió el grado de doctor honoris causa por la Universidad San Ignacio de Loyola, en reconocimiento a su trayectoria académica y a su contribución a la cooperación entre Europa y América Latina.
En su discurso, Helbig alertó sobre la era de las policrisis, un escenario donde fenómenos globales como el cambio climático, las migraciones masivas y las crisis políticas se entrelazan y generan efectos que ningún país puede afrontar de forma aislada.
Explicó que esta situación se agrava por un nuevo concierto de grandes potencias, donde Estados Unidos, China y Rusia concentran la capacidad de definir la agenda global y donde el realismo político desplaza a la acción multilateral.
“Las grandes potencias aprovechan las policrisis para fortalecer sus intereses y generar dependencias”, señaló. Como ejemplos, mencionó la guerra en Ucrania y la competencia tecnológica en torno a los microchips y la inteligencia artificial.
Helbig advirtió que estas dinámicas impactan la economía, la seguridad y la estabilidad social del Perú y de la región. El riesgo, dijo, es que América Latina sea vista solo como proveedora de recursos naturales, sin incidencia en la toma de decisiones globales.
Para evitarlo, sostuvo que el Perú debe diversificar sus relaciones exteriores, explorar nuevos acuerdos y fortalecer la cooperación internacional, siguiendo ejemplos como el Acuerdo de Libre Comercio entre Mercosur y la Unión Europea.
Subrayó que la respuesta no depende solo de la política exterior. También requiere fortalecer las bases internas a través de la economía social de mercado, un modelo que combina dinamismo económico con responsabilidad social.
Este enfoque, indicó, implica invertir en educación de calidad, apostar por la cohesión social, consolidar instituciones sólidas y construir sistemas de gobernanza capaces de responder de manera efectiva a los desafíos globales.
En esa línea, destacó el papel de la Cátedra Konrad Adenauer de la USIL como un espacio para promover la reflexión sobre la economía social de mercado y conectar la teoría con la práctica para poner el conocimiento al servicio de la sociedad.
Consideró que esta iniciativa es vital para preparar a nuevas generaciones ante los cambios geopolíticos y tecnológicos que marcarán el futuro.
“Recibir este doctorado honoris causa no solo es un honor personal, es también un compromiso de seguir construyendo puentes entre América Latina y Europa, entre la teoría y la práctica, entre la idea y la acción”, afirmó.
En la ceremonia, que reunió a autoridades académicas, decanos, directores, expresó su gratitud al fundador presidente de la USIL, Raúl Diez Canseco Terry, a la presidenta ejecutiva, Luciana de la Fuente, y autoridades académicas por la distinción.