Actualmente, dada la pandemia, se ha hecho más frecuente hablar acerca de nuestra salud mental en diversos contextos. Precisamente, porque nuestra salud mental se puede haber visto afectada por diversos factores, no únicamente por la pérdida de familiares y amigos cercanos por COVID19, sino también por el aislamiento, cambios en nuestra rutina cotidiana, la presión laboral, sobre exposición a noticias e información, incluso falsa y alarmante, estrés y los procesos de adaptación que se requieren para recrear nuestra cotidianidad en un escenario diferente.

Para algunas personas, les resulta fácil pedir ayuda y posteriormente, asistir a psicoterapia; sin embargo, a pesar incluso de la pandemia, sigue siendo un tabú. Las demandas de la sociedad, de nuestra vida familiar y laboral, muchas veces nos hacen pensar que estamos en la obligación de hacerlo todo y, además, hacerlo todo bien y en todo momento. Surgen elementos como la sobre generalización, que no nos permiten adaptar nuestras conductas, pensamientos y emociones a las demandas actuales.

Ser capaz de pedir ayuda es elemental, en todo sentido. Reconocer nuestra vulnerabilidad, propia de nuestra condición de ser humanos, nos ayuda a estar más abiertos a la comunidad, al prójimo y a reconocer nuestros errores para aprender de ellos y corregirlos, mejorando nuestras relaciones interpersonales y generando la ansiada aceptación incondicional de nosotros mismos para con ello, ver nuestra naturaleza real.

Para reconocer que necesitamos ayuda profesional, podemos centrarnos en reconocer algunas señales como, por ejemplo:

  1. Cambios en nuestros hábitos rutinarios, sobre todo lo relacionado a nuestra alimentación y sueño. Si nos excedemos en comer o dormir, o no lo hacemos, es una señal de atención.

  2. Es necesario estar sumamente atentos a nuestras emociones y conductas también. Si experimentamos emociones intensas que terminan en conductas que perjudican nuestras relaciones interpersonales, por ejemplo, también es un indicador de que necesitamos ayuda profesional.

  3. Sentirnos molestos o tristes todo el tiempo o de manera frecuente, también nos puede estar dando una señal de alerta.

  4. Evitar ciertas circunstancias por temor, miedo o inseguridad es una señal también para estar atentos.

  5. La falta de propósito puede generar incertidumbre y desasosiego en nosotros y por ello, si vemos que es necesario repensar nuestro propósito de vida, también podemos solicitar ayuda profesional.

Pedir ayuda es parte de nuestra naturaleza humana, puede ser ayuda profesional, médica o psicológica, según el caso lo requiera, y esto en definitiva, nos ayudará a dar el primer paso para seguir adelante, primer paso que todos requerimos para seguir avanzando en nuestras vidas.

Escrito por:

Ana Lorena Elguera Pajares

Directora de la carrera de Psicología de USIL. Licenciada en Psicología por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y magíster en Desarrollo Organizacional y Dirección de Personas por la Universidad del Pacífico.