Ser madre, para las mujeres que decidieron serlo y asumieron su rol como tal, es sencillamente maravilloso e implica un reto permanente, diario, donde, a quien debemos conquistar y vencer día a día, es a nosotras mismas. Todos podemos tener días malos; sin embargo, las madres deben vencer sus propios estados emocionales para estar dispuestas a atender, cuidar y contener a la familia y, todo, sin olvidar su propia condición humana falible.
A raíz de la cuarentena, las tareas se han redoblado: lo que antes hacíamos de manera distribuida entre dos o más espacios físicos y de tiempo, ahora lo hacemos en un escenario que, además, es compartido con las responsabilidades laborales o académicas de los otros miembros de la familia. Esta situación puede generar estrés, frustración e incertidumbre en todo nivel, pero es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones que permitan mantener nuestra calma y tranquilidad para afrontar las situaciones cotidianas en casa.
A continuación, detallo algunas recomendaciones que pueden ser de ayuda para cuidar a quien cuida y mantener nuestra salud en el hogar.
- ¡Acéptate! ¡Eres un ser humano capaz de cometer errores y perder la paciencia! Emociones negativas disfuncionales, como la culpa, la cólera o la ansiedad pueden manejarse a través de nuestros pensamientos. Si los mantenemos dentro del contexto de la funcionalidad, de aquello que me sirve para continuar avanzando con los quehaceres de casa y las actividades de teletrabajo, todo lucirá mejor.
- Piensa, un día a la vez. Una golondrina no hace el verano. Si hoy tuviste un mal día, mañana tendrás la oportunidad de resarcir tus errores y mejorar. Borrón y cuenta nueva.
- Ten en cuenta que estás sembrando recuerdos en la memoria de tus hijos. De ti depende cómo recuerden esta temporada de cuarentena.
- ¡Respira! Toma al menos 15 minutos del día para t,i que te permitan reiniciar tu día y tomarlo con más energía y un nuevo brillo.
- Prepara un horario. Que incluya tus actividades de teletrabajo, los quehaceres del hogar, las clases de tus hijos y tiempo de ocio familiar. Coloca el horario en un lugar de casa que sea visible para todos.
- Asigna tareas a cada miembro de la familia. Reparte la carga, no la asumas sola. Es momento de asignar responsabilidades, como parte de la educación de tus hijos. Además, es importante reconocer y pedir ayuda cuando la necesitamos.
- De ser posible, dentro de tu horario incluye tiempo de ocio personal. Escuchar música, tomar un baño más largo, leer un libro o simplemente descansar están implícitos en el autocuidado.
- Reconoce tu propia vulnerabilidad. No todos los días tendrás el mismo estado de ánimo o el mismo nivel de producción.
- Apóyate en una red de soporte que ejerza fuerza y escucha. Pueden ser amigas o miembros de tu familia extendida. No te aísles. No estás sola.
- Recuerda: no es posible tenerlo todo bajo control todo el tiempo. Concéntrate en vivir un día a la vez. Si vives en el pasado, la tendencia será deprimirte; y si vives en el futuro, la tendencia será sentir ansiedad. Vivir hoy, en el presente, es el mejor regalo que te puedes dar.
Por último, recuerda que amar es intuitivo. Utiliza tus características de personalidad, aquellas que te diferencian de los demás y te hacen única para transmitir amor a tu familia, de la manera que sea posible.