rumbo a monterrey

Tomé la decisión de realizar un intercambio académico a la Universidad de Monterrey en México durante los primeros meses de este año 2019. Contaba los últimos días que me quedaban en mi país y debo admitir que aún no podía creer que me iba a ir por 6 meses. A pesar de recibir las mejores recomendaciones, consejos de familiares y amigos, información de Internet y los mejores buenos deseos, es diferente vivir tú misma la propia experiencia de estar en otro país. Nadie puede vivir esa experiencia por ti. El idioma no era un tema que me preocupaba claramente, pero existían otros factores que sí me dejaban pensando como lo son la cultura, la comida, el método de enseñanza en la universidad, el clima, las personas, la moneda, en sí, la realidad mexicana.

 

Sabía que no iba a ser fácil pero que sí lo iba a recordar siempre y lo atesoraría como uno de los más preciados recuerdos. Ser extranjera y a la vez embajadora de tu país, es una tarea y un rol valioso para mí porque significa representar a mi país desde las pequeñas acciones hasta las más grandes ante personas de otras culturas. En todo país vamos a encontrar personas que no toleren las diferencias y persistan con estereotipos que se alejan de la realidad, sin embargo, es importante tomarlo con calma y respetar las diferencias del otro también. Es muy probable que si tienes ciertas actitudes o comportamientos, ya sean buenos o malos, y otras personas ajenas a tu país lo perciben, ellas lleguen a relacionar y generalizar ese actuar como parte de todas las personas de tu país, en mi caso, Perú.

 

Estar lejos de casa te hace valorar más las cosas, las rutinas, experiencias y a las personas. Ocurre también que en el tiempo que vives en otro país, puedas encontrarte a una peruana o peruano, o alguien de tu país. Es una sensación muy curiosa porque sueles recordar muchas costumbres de tu país, percibir el modo de hablar, extrañar la comida, hablar sobre las noticias y lo que sucede en ese momento, etc. Puede que siempre haya sido una persona extraña pero en ese momento, uno se acerca más con sus raíces y recuerdos de su país.

 

Siendo países que se encuentran en América Latina, llegan a tener ciertas similitudes como también, es claro, diferencias muy marcadas. Es un aprendizaje diario y de paso a paso. Por ejemplo, conocer como nombran aquí en México algunas cosas cuando en Perú pueden tener un significado distinto, acostumbrarse a un clima que puede tener temperaturas un poco más bajas y muy altas a comparación de Lima, hasta el hecho de acostumbrarse a la seguridad y normas que están establecidas aquí. Una de mis partes favoritas viviendo en Monterrey es el poder ver montañas en todo el alrededor y saber que cada minuto aquí debo valorarlo, así como lo haré al regresar a mi país, mi Perú.

Escrito por:

Gianella Olortegui

Estudiante de Comunicaciones en USIL / Redactora en la revista COMUSIL