Más de 350 niños y adolescentes de entre 5 y 17 años participan de los diversos talleres de verano dictados en los campus de la Universidad San Ignacio de Loyola, en la Molina; en los que adquieren nuevos conocimientos,  desarrollan proyectos, crean y experimentan de forma divertida durante sus vacaciones escolares.

Son 20 talleres vivenciales –distribuidos en 21 salones– los que se brindan bajo la metodología de la Universidad de los Niños USIL, un sistema de enseñanza que se apoya en cuatro principios: las preguntas, la experimentación, el juego y la conversación. Otro aspecto a destacar es la calidad y la capacitación de los docentes, profesionales preparados en el trabajo pedagógico exclusivamente con niños y jóvenes.

Es relevante mencionar que en cada salón de clase, junto al profesor, participan facilitadores que resuelven las dudas de los niños, los acompañan en los recesos, los apoyan en los refrigerios y en cada necesidad que presenten. La seguridad de cada pequeño es lo más importante en USIL. 

Algunas de las clases se realizan en salones especializados de la universidad, como los laboratorios de Física, Química y Biología, el set de radio y TV, las aulas de cocina profesionales de la escuela de chefs, entre otros ambientes. A los alumnos se les introduce al mundo de la universidad siendo capaces de manipular artefactos profesionales como las cámaras de fotografía profesionales de la Facultad de Diseño.

Los cursos que se desarrollan este año son Minichefs, Robótica, Crea tu Startup, Ciencia Kids, Diseño de Videojuegos, Mi Primer App, Coding, Introducción a la Caligrafía, Oratoria y Debate, El Porqué de las Cosas, Locademia de Negocios, Fotografía, Ilustración, Radio y TV Kids, Arquitekids, Biohuerto y Taller de Drones I y II.

Cabe señalar que en dos de los talleres, Minichefs y Drones, los padres participan junto a sus hijos. Diferencial que convierte a esta experiencia en un tiempo inolvidable, propicio para reforzar los lazos familiares.

Al finalizar los cursos, los niños habrán aprovechado sus vacaciones para construir proyectos reales y sumar a sus logros una certificación por los conocimientos adquiridos.