La iniciativa solidaria Respira Perú, que integra la Conferencia Episcopal Peruana, la Sociedad Nacional de Industrias y la Universidad San Ignacio de Loyola, fue reconocida hoy por el Gobierno Peruano por el trabajo coordinado con el Estado en la lucha contra la pandemia causada por la COVID-19.
A nombre de Respira Perú, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte OFM, arzobispo de Trujillo, presidente del Episcopado Peruano y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, recibió la «Medalla al Mérito Ciudadano» en una ceremonia en la que también participó la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez.
La solemne ceremonia se realizó la tarde de este jueves 15 de julio en la Sala Túpac Amaru de Palacio de Gobierno y estuvo encabezada por el presidente de la República, Francisco Sagasti Hochhausler.
Luego de recibir la condecoración, Mons. Cabrejos ofreció un discurso en el que agradeció al Gobierno Peruano por reconocer la ayuda que viene brindando esta gran cruzada, y que este mes de julio cumple un año salvando las vidas. También expresó su gratitud al ingeniero Ricardo Márquez Flores (SNI) y al doctor Raúl Diez Canseco Terry (USIL), “amigos y socios fundadores con quienes decidimos iniciar Respira Perú hace más de un año”.
En lo que va de la pandemia, Respira Perú recaudó más de 11 millones de soles que han servido para entregar 25 plantas de producción de oxígeno medicinal, que fueron distribuidas a los hospitales y centros de salud en todo el país. Igualmente, donó miles de ventiladores mecánicos, cientos de balones de oxígeno, centros de oxigenación temporal y diverso equipamiento médico para atender la emergencia.
El presidente de la CEP recordó que, desde marzo de 2020, nuestras vidas se llenaron de angustia y dolor ante la llegada de la pandemia. “Esto dio paso a la solidaridad y a la misericordia de miles de peruanos que hicieron posible que en julio de ese año se inicie esta gran cruzada”, subrayó.
“Ya somos parte de un nuevo tiempo, un tiempo en el que la generosidad, la fraternidad y el amor por el prójimo se han materializado en cada persona que hemos ayudado. Y eso tiene un valor profundamente humano y cristiano”, agregó.