En mérito al trabajo solidario realizado durante la etapa más cruda de la pandemia de la covid-19, la Municipalidad Metropolitana de Lima condecoró a los fundadores de Respira Perú con la Medalla de Lima.

La ceremonia fue presidida por el alcalde Miguel Romero Sotelo, quien destacó el liderazgo de la Iglesia, la empresa privada y la academia para unir a la población y construir peruanidad.

“Visión y acción, eso es lo que requiere nuestro país. Esta es una ceremonia de alegría, porque la vida triunfó sobre la muerte con la creatividad, hermandad y solidaridad de los peruanos. Esa creatividad es la que nos une”, afirmó el alcalde.

A nombre de la Conferencia Episcopal Peruana, el padre Guillermo Inca Pereda agradeció la distinción y recordó que el compromiso de la Iglesia es ayudar siempre a los más necesitados.

“Como decía el papa Francisco, en medio de las grandes dificultades no perdamos la esperanza. Respira Perú es el símbolo de que si trabajamos juntos podemos conseguir grandes cosas”, manifestó.

El expresidente de la SIN, Ricardo Márquez Flores, recordó la preocupación de todos los peruanos al inicio de la pandemia por qué nadie sabía qué hacer, por lo que dijo que la prevención debe ser la lección que saquemos de esta experiencia.

“Todos debemos recordar esos momentos, porque hoy el Perú necesita unirse para resolver sus problemas. En la pandemia, Respira Perú se convirtió en un canal para fabricar plantas de oxígeno, gracias al apoyo de la empresa privada y la solidaridad de la sociedad”, indicó.

Por su parte, Raúl Diez Canseco Terry, fundador presidente de la USIL, sostuvo que el Perú es más grande que sus problemas y recordó las reuniones con Ricardo Márquez y monseñor Miguel Cabrejos para analizar lo que pasaba en el Perú y ver la enorme necesidad que había para ayudar.

Esta labor solidaria Diez Canseco la describió recordando las palabras del padre Serpa, quien señalaba que “Nadie es tan pobre que no tenga algo que dar, ni tan rico que no tenga algo que recibir”. También destacó el apoyo del presidente Guillermo Lasso a través de la institución ecuatoriana Salvar Vidas, que envío médicos para capacitar a sus pares peruanos en el uso de los respiradores mecánicos.

“En nombre de los médicos, enfermeras y cocineros de San Ignacio de Loyola recibo esta medalla de Lima. No fue fácil, pero lo hicimos”, expresó Diez Canseco.

Respira Perú

Es una iniciativa solidaria creada en julio de 2020 por la Sociedad Nacional de Industrias, la Universidad San Ignacio de Loyola y la Conferencia Episcopal Peruana. Esta última institución tuvo la responsabilidad de administrar los recursos recaudados.

A la fecha, Respira Perú ha donado 24 plantas de oxígeno a hospitales de 13 regiones del país, 4000 respiradores mecánicos Vortran, 880 balones de oxígeno de 10 m3, 100 wayrachis y 60 concentradores de oxígeno. 

Para ayudar a la prevención de nuevos contagios se entregó más de 50 mil protectores faciales en mercados y plazas de Huancayo, Piura, Arequipa y Lima; y para el personal médico 2500 cajas box de protección, mascarillas, guantes y batas quirúrgicas.

Además, creó e implementó Centros de Atención Temporal de Oxigenación en Arequipa, Ate, Cieneguilla, Moquegua, Rímac, San Juan de Miraflores y Tacna, para pacientes en la primera etapa de la enfermedad.