Llegó el verano y es importante prestar atención a nuestra alimentación para mantener un estilo de vida saludable y disfrutar al máximo de esta cálida estación, recomienda la Mg. Lilia Romero Quiroz, docente de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Ignacio de Loyola.
Una dieta equilibrada y variada es clave para proporcionar a nuestro cuerpo los nutrientes esenciales que necesita para funcionar correctamente. Aquí te damos ocho tips para pasar un verano saludable:
1. Coma frutas y verduras. Es fundamental priorizar alimentos ligeros y frescos, como frutas, verduras y frutos secos. Prefiere consumirlos con cáscara.
2. Controle el consumo de alimentos ultraprocesados. Se recomienda reducir el consumo de alimentos ricos en azúcares, grasas, ya que aumentan la sensación de calor, pesadez y pueden afectar la salud cardiovascular. Puedes guiarse de los octógonos para identificar alimentos altos en estos nutrientes.
3. Hidrátese. El agua tiene la capacidad de absorber el calor ante los cambios de temperatura; por eso, no se debe esperar a tener sed para hidratarse, sino beber entre 6 a 8 vasos de agua a lo largo del día.
4. Consuma jugos. Es conveniente beber agua o sus equivalentes. Dos a cuatro vasos pueden provenir de infusiones sin azúcar o zumos naturales de sandía, melón, mandarina, piña, papaya, naranja, granadilla y tumbo.
5. Cuidado con las gaseosas. Aunque en verano la oferta de bebidas gaseosas, alcohólicas, energéticas y batidos se incrementa, es importante ser consciente de que tienen alto aporte calórico y bajo valor nutricional, lo que puede contribuir al sobrepeso.
6. No sobreexponerse al sol. Para protegernos de los efectos negativos de la exposición al sol, considera alimentos antioxidantes como frutas cítricas, frutos secos, semillas y té verde. Estos refuerzan la barrera cutánea, protegiendo la piel y previniendo los signos de envejecimiento prematuro, en colaboración con el uso de bloqueadores solares.
7. Proteínas. Se recomienda cubrir las necesidades de proteínas con alimentos como huevos, lácteos descremados, pescados y carnes magras. Estas fuentes nutricionales permiten la reparación de los tejidos del cuerpo, apoyan los procesos de crecimiento y desarrollo, y brindan saciedad por más tiempo, ayudando a controlar el apetito.
8. Frutos del mar. Los pescados y mariscos son fuentes valiosas de proteínas y ácidos grasos omega 3, que ofrecen beneficios cardioprotectores y antiinflamatorios.
Este verano, cuida tu bienestar adoptando hábitos alimenticios que te mantengan fresco, saludable y lleno de energía.