- Entrevista realizada por el Diario de Jerez
- La receta de su éxito, volcarse con los pobres
- Usted era un empresario de éxito antes de entrar en política. ¿Qué le movió a dar el paso?
-Llegué a la política por responsabilidad social. Vengo del sector privado, pero hablando de mi preocupación por la gran cantidad de pobreza que tiene el Perú, mi tío el presidente Belaúnde Terry -Fernando- me dijo que la única manera de resolverlo en democracia, el único sistema que debes considerar, es participando activamente en el desarrollo de tu país, y eso se llama política.
- ¿Sigue en la política activa?
-Entiendo la política como el arte de servir y nunca dejaré de hacerlo. Estoy viendo en Perú que falta consenso, necesitamos recuperar la esperanza y derrotar la corrupción. Si no cambiamos eso que se quiere adueñar de la política, vamos a estar siempre en manos de corruptos. El principal problema del Perú es la corrupción, que se elimina con la transparencia y la información de lo que hagas. Mi gran preocupación ahora es cómo recuperamos con los jóvenes esa esperanza de ser actores en la política, que está a nivel de las cloacas. Si no refundamos nuestras instituciones educativas inculcando los valores que se están perdiendo desde niños, el camino que nos va a tocar andar va a ser muy duro. Si lo que queremos es que cada euro, cada dólar y cada sol que generemos vea realmente la mejor inversión en la lucha contra la pobreza, tenemos que erradicar la corrupción.
-Su vocación formadora le acompaña desde muy joven.
-Bueno, antes de la Universidad San Ignacio de Loyola -de la que es fundador y presidente-, yo comienzo en la enseñanza en 1968, con veinte años de edad, tras perder mi padre el trabajo en el golpe militar de Juan Velasco contra Belaúnde, que es deportado y su familia perseguida. Mi padre me suplicó entonces que no dejase de estudiar para no quedarme en la pobreza. Yo estudiaba en una universidad jesuita, donde me becaron y me prestaron un convento, también de los jesuitas, para enseñar. Luego me puse a estudiar la vida de San Ignacio de Loyola, el fundador de la orden y un tremendo emprendedor, y no ha habido nada en mi vida que no lo evoque. Soy católico practicante, pero no de los que se dan golpes en el pecho. Si sabes compartir, estoy convencido que Dios te va a proteger y te va a dar más. Y la historia de éxito, si me piden la receta, lo único que puedo decir es que mi fe y mi gratitud las he volcado con los que menos tienen.
-Su tío Belaúnde es su otro gran referente.
-Así es. Mi tío fue un hombre visionario, de integración. Fue ese arquitecto visionario que hizo que el Perú no le diera la espalda al mundo. El decía que el Perú tiene cuatro regiones porque incluía el mar, la riqueza que produce el mar, que es lo que me ha traído hasta Cádiz, porque tenemos más de dos mil kilómetros de frontera marítima en el Perú, pero nuestro mar está siendo depredado. Creo que podemos aprovechar ese desarrollo español con el mar y con ello ayudar, no sé si a eliminar, pero si a combatir el hambre y la pobreza.
-¿Aspira a presidir su país?
-No voy a negar que siga enamorado de mi país, pero los años pasan factura. Sigo vinculado a la agenda política de mi país, pero hay que promover a los jóvenes, aunque nunca voy a negar mi afán de ayudar a mí país en cualquier circunstancia.
-Eso es un sí.
-No lo sé, porque no quiero ser mentiroso. Lo he conversado con mi esposa en más de una oportunidad y ella estaría a mi lado en cualquier decisión que tomara.
-En su día fue en las listas de Mario Vargas Llosa.
-Y salí elegido diputado por Lima. Tengo muy buena relación con Mario, estuve muy cercano a él en la segunda vuelta y me gusta su franqueza, su valor. Puede ser que haya cosas que no compartamos, pero admiro sus ideales democráticos y su defensa de la libertad.
-¿Qué opinión tiene de Fujimori?
-Fui de los pocos que le hice ver antes del autogolpe que no todos estábamos en la oposición en el sentido de país y que diera una oportunidad a los que queríamos ayudar. Se celebró una reunión clandestina en el Palacio de Gobierno donde fuimos una serie de diputados y senadores, pero Fujimori no nos escuchó y pocas semanas después hizo el autogolpe. Reconozco que hizo cosas buenas como enfrentarse al terrorismo, pero los problemas de los derechos humanos eran muy graves y falló en muchas cosas.
-También se codea con José María Aznar.
-Es miembro del comité consultivo de la universidad y le estoy muy agradecido porque cuando Perú estaba tomado en su momento por Fujimori, Aznar fue un ferviente promotor de la ayuda para recuperar el camino. Soy un gran admirador del gobierno que hizo y si no hubiera habido ese atentado -el 11-M-, seguramente su partido habría ganado aquellas elecciones.
-¿Cómo ve a España?
-Veo un país que sigue creciendo, que tiene sus dificultades, pero es un país vigoroso, aguerrido. El español en estos tiempos se volvió más emprendedor. Veo un país valiente y, de repente, veo una España guerrera y que quiere el cambio, algo que no aprecian aquí.
Entrevista realizada por el Diario de Jerez
Jerez, 29 Abril, 2018