Para avanzar en proceso de transformación digital, reducir las brechas sociales y llevar educación y salud a todas las regiones.

La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que permita avanzar en la modernización del Estado para brindar una mejor calidad de vida a la población, fue una de las conclusiones del foro virtual “Digitalización productiva postcovid-19”, organizado por la Universidad San Ignacio de Loyola.

Los expositores coincidieron en la importancia de reducir las brechas digitales y sociales a fin de avanzar en la construcción de un Estado facilitador y generador de oportunidades para mejorar la productividad y competitividad del país. 

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, la digitalización es un factor fundamental para mantener la economía funcionando a pesar de la crisis sanitaria, así como para el desarrollo del teletrabajo, la telemedicina y las relaciones personales.

El fundador presidente del Grupo Educativo USIL, Raúl Diez Canseco Terry, destacó que una crisis siempre trae una oportunidad, y la del covid-19 es que ha adelantado la cuarta revolución industrial y acelerado la digitalización del mundo y de los procesos de producción.

Señaló que la digitalización permite tener la máxima información disponible, con mayor frecuencia, para analizarla, procesarla y tomar decisiones inmediatas y oportunas y así mejorar la productividad y competitividad.

Por ello, propuso la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación —que ya existe en otros países de la región— y así avanzar en el proceso de transformación digital que permita utilizar mejor nuestros recursos y reducir las brechas sociales llevando educación y salud a todas las regiones.

Maite Vizcarra, gestora de proyectos de innovación y digitalización Noruega-Perú y directora del programa "Ruta CTi", destacó que debido a la pandemia estamos viviendo un punto de quiebre sin retorno, donde el Estado debe asumir su rol de alfabetizador digital y desarrollar políticas que sobrepasen los gobiernos para facilitar, por ejemplo, las exportaciones y resolver y atender los problemas del día a día.

Para avanzar en este proceso de digitalización se deben considerar algunas variables, como la informalidad, señaló Vizcarra, por lo que propuso que estas políticas respondan a las características de cada una de las circunscripciones del país para organizar y optimizar sus capacidades.

Como ejemplo, mencionó los Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE), los cuales dijo son fundamentales en el proceso de reactivación económica y articulación de la producción en las regiones, pero que deben potenciarse y modernizarse.

De igual forma, Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), sostuvo que la agricultura tiene una historia de éxito en el tiempo que le ha permitido mantenerse, incluso, en esta etapa de pandemia, pero que lamentablemente la mayoría de los 2,2 millones de productores agrarios del país se aboca al mercado local. 

Señaló que para mantenerse vigentes los pequeños agricultores se han asociado y mejorado su producción adaptando la tecnología a nuestra realidad, además de aprovechar las ventajas de los TLC para exportar. Sin embargo, indicó que aún existe una amplia brecha entre las regiones por la falta de conectividad e infraestructura. El reto en involucrarlos en la cadena de producción, comercialización y exportación.

Finalmente, Alonso Pérez Luna, client partner executive en IBM Global Technology Services y presidente del Comité TICs de la SIN, señaló que el porcentaje de organizaciones que consiguen un buen nivel de aprovechamiento de las nuevas tecnologías es aún muy bajo.

Indicó que las organizaciones han adoptado la tecnología porque la alta dirección ha llegado a la convicción de que es necesario un proceso de transformación digital, porque el ecosistema donde participan se los exige para acceder a mercados donde la tecnología es primordial, o por supervivencia.

Comentó que en la digitalización productiva termina siendo insuficiente cuando solo algunas empresas de la cadena productiva han acelerado su nivel de adopción de tecnologías, porque no permite operar de manera óptima y tener los beneficios que se podrían conseguir.