• Además de los grandes sectores como minería, pesca y agricultura, se debe pensar en el universo empresarial de 99% que representan las pymes en el Perú.

(4 de setiembre de 2020) La única manera de sacar adelante el país es con un programa serio de reactivación económica, con un Estado promotor e instituciones públicas eficientes que alienten la inversión privada para construir una sociedad justa y solidaria.

Esta fue una de las conclusiones a las que arribaron exministros de Estado durante el foro digital “La economía peruana postcovid-19”, organizado por la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), en el cual se plantearon estrategias para retomar el crecimiento económico del país.

El exvicepresidente de la república y presidente fundador de la USIL, Raúl Diez Canseco Terry, destacó que la reactivación debe pasar no solo por dinamizar los grandes sectores como la minería, pesca y agricultura, sino también por volver a activar el universo de 99% que representan las pymes en el Perú.

Afirmó que si vemos el crecimiento y decrecimiento del PBI del Perú en su perspectiva histórica veremos que “estamos ante la crisis económica más seria desde la Guerra del Pacífico, que significó un PBI de -29.2% por lo que necesitamos un shock de crecimiento”.

Por ello planteó un conjunto de inversiones en infraestructura vial; en vivienda, reduciendo las tasas del BCR para el Fondo Mi Vivienda y Techo Propio; en hospitales y redes de saneamiento; en proyectos hidroeléctricos; en minería creando un Senati minero para capacitar comunidades andinas y destrabar los proyectos paralizados.

De igual forma, priorizar las compras estatales en favor de las mypes; capacitación, asistencia y difusión de sus productos y servicios; incentivos para el masivo acceso a internet; así como articular la agricultura de exportación con la agricultura familiar.

Por su parte, el exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, enfocó su planteamiento en tres aspectos: las perspectivas de la economía poscovid-19, la herencia económica que está dejando el actual Gobierno y la economía poscovid-19.

Sobre el primer punto, destacó que este año la economía caería 17% y la recuperación sería lenta, y que para el 2021 se estima un crecimiento de solo 6.8%. Con una caída del 30% del PBI en el segundo trimestre del año, Thorne se preguntó si será posible recuperar el crecimiento tan rápido como lo anuncia el Gobierno, ya que una vez que la economía se empezó a abrir el PBI creció solo 8.5% en mayo y 14.6% en junio.

Indicó que en el segundo trimestre también cayó el consumo privado en 22% y la inversión privada en 60%, pero lo más sorprendente es que también la inversión pública cayó en 70% y el consumo público en 3.9%.

Sobre el desempleo que se generó en abril [más de 3 millones solo en Lima] mencionó que aún un millón 300 mil siguen sin trabajo y que el ingreso de aquellos que están laborando está 44% por debajo de los niveles de febrero.

Reveló que el rebote solo se ha dado por el lado de la oferta y que por el lado de la demanda lo que tenemos son consumidores e inversionistas deprimidos. El ahorro privado en el segundo trimestre llegó a 18.5% del PBI después de haber estado en 13% en el mismo periodo del 2019; y que la inversión privada también se desplomó a 12% de 16%.

Sobre la herencia del actual Gobierno explicó que el haber hecho uso de nuestra solidez fiscal no ha sido sinónimo de éxito para sacar nuestra economía adelante en comparación con los países de la región y que posiblemente converjamos en un nuevo bloque de países de América Latina con alto endeudamiento, por lo que el Gobierno que llegue el 28 de julio de 2021 tendrá una tarea titánica.

Finalmente, sostuvo que la economía poscovid-19 obligará a las empresas a innovar y a adquirir nuevas tecnologías, porque el capital se va deteriorar rápidamente y se tendrá que invertir más para mantener la productividad. Las empresas que lo hagan más rápido van a ser las más exitosas.

Ante este panorama, el exministro de Economía, Ismael Benavides, recomendó reactivar las concesiones de infraestructura que son importantes para el país, con manejos adecuados para evitar la corrupción; así como reactivar a la pequeña y mediana empresa, que actualmente está sumamente afectada.

Dijo que la estrategia del Gobierno no ha tenido el efecto esperado, por lo que ha aumentado el desempleo y la pobreza. Los ingresos fiscales han caído 21%, el déficit primario es de mil millones de soles, la inversión pública ha disminuido en 30%, pero el gasto corriente ha aumentado y no habido un espíritu de austeridad, añadió.

A esta situación se suma un proceso electoral con grandes incertidumbres y preocupaciones por el desempeño que hemos visto de los últimos congresistas, indicó Benavides, quien resaltó que el único motor de la economía es la inversión privada por lo que se deben dar las condiciones adecuadas con reglas claras, al igual que con la agricultura, que es el segundo rubro de exportación del país. 

Para el exministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Jorge González Izquierdo, lo fundamental en el corto plazo, hasta julio 2021, es controlar la pandemia hasta que aparezca la vacuna porque el curso de la economía peruana va a depender de tres factores: 1) el desenvolvimiento de la pandemia, 2) la política económica monetaria y fiscal ya ejecutada, 3) las secuelas de más largo plazo que está dejando a la economía esta crisis.

Por ello, propuso perfeccionar el funcionamiento de la economía de mercado en base a cinco características: 1) que el sector privado sea el responsable de producir lo que se necesita en condiciones de cantidad, calidad y oportunidad adecuada, y que el sector público cumpla un rol subsidiario; 2) debe haber la mayor competencia posible en los mercados; 3) garantizar un marco regulatorio simple, eficiente y predecibles para facilitar la toma de decisiones; 4) la provisión de bienes públicos (educación, salud, seguridad, infraestructura) debe ser adecuada en términos de calidad, cantidad y cobertura; 5) la creación e implementación de una fuerte red de seguridad social pensando sobre todo en los sectores más vulnerables.

Para lograr el crecimiento potencial de la economía y construir una sociedad justa y solidaria, Gonzales Izquierdo propuso hacer seis reformar estructurales en el país: 1) en educación, 2) en salud, 3) en el Estado para que sea eficiente, 4) en las instituciones para generar confianza y credibilidad, 5) en el sistema financiero para permitir el acceso a los segmentos de la micro y pequeña empresa, 6) inversiones masivas en infraestructuras.