Las recientes estimaciones con respecto al comercio internacional no son favorables. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), se prevé una significativa reducción del comercio global, entre 13 % y 32 %, a fines del 2020, como resultado de la paralización de la actividad económica por la propagación de la pandemia del COVID-19 en todo el mundo. La crisis sanitaria originada por este virus y sus repercusiones económicas no tiene precedentes. El descenso del comercio, probablemente, sea mayor que el desplome registrado a raíz de la crisis financiera mundial de 2008-2009, de acuerdo con expertos de la OMC.

La proyección de la recuperación de las economías del mundo prevista en 2021 aún es incierta, ya que los resultados dependerán, en gran medida, de la duración del brote de este virus y de la eficacia de las respuestas en materia de política económica y de salud por parte de los gobiernos.

En el Perú, las exportaciones totales en marzo cayeron 46 %. Con excepción de las agroexportaciones, que crecieron 2 %, las exportaciones tradicionales cayeron en 51 %, mientras que las no tradicionales (las de mayor valor agregado) cayeron en 35 %. Entre los sectores más golpeados está la pesca tradicional, con una caída de 71 % en exportaciones, seguido del sector minero, con 46 %, siendo este uno de los sectores que afectaría en mayor medida nuestro PBI por su importancia en económica. (Comex, 2020)

En el mundo, el objetivo de muy corto plazo de los países es controlar la pandemia y, simultáneamente, mitigar los daños económicos a las familias y las empresas. Sin embargo, los responsables de formular las políticas deben empezar a planificar la etapa posterior a la pandemia equilibrando la reactivación económica necesaria y el bienestar de las personas, fuertemente resquebrajada ahora por su salud. Una recuperación rápida, vigorosa y sostenible pasa por la adopción de las mejores políticas económicas, sociales y sanitarias, las cuales definirán la configuración futura de las perspectivas de recuperación y crecimiento de las economías en el mundo, donde el comercio será un elemento fundamental para lograrlo, sumado con la política fiscal y monetaria.

En todos los países del mundo, incluyendo a Perú, es necesario que se reactiven las inversiones tanto del sector privado como público. Esto será posible si los mercados se mantienen abiertos y se flexibiliza el mercado laboral para que las empresas que aún sobreviven puedan continuar con su actividad. El comercio mundial es un claro ejemplo de lo que podría significar una colaboración entre los países en el campo sanitario, por ejemplo, con vacunas y medicamentos a precios asequibles para las poblaciones. De esta manera será más viable una restauración del equilibrio de los distintos mercados, por ahora perturbados por esta pandemia imprevista.

Fuentes de investigación:

Escrito por:

José Luis Almerco Palomino

Editor del Journal of Economics, Finance and International Business (JEFIB) y coordinador de las carreras de Economía, Economía y Finanzas, y Economía y Negocios Internacionales de USIL.