Muchas veces escuchamos que la calidad hoy en día empieza con el cambio de valores, ética, disciplina, orden, limpieza y puntualidad de uno mismo, a veces algo utópico pero no imposible si uno se lo propone, es por eso que uno tiene que convertirse en el agente del cambio al transmitir día a día a través del ejemplo; no exija usted cambio, sea usted quien lo inicie.

Actualmente, la industria moderna busca la calidad de sus productos ofertados mediante la mejora de la eficiencia de sus procesos. Directivos de pequeñas, medianas y grandes empresas están inmersas en la inversión de fuertes sumas de dinero, en la implementación de sistemas de gestión y consultorías en general, que permitan la disminución de tiempos, costos y fallas en los productos finales. La calidad humana se puede medir bajo criterios como valores, ética, responsabilidad, puntualidad, disciplina, orden y limpieza, motivación, capacidad de relacionarse y otros aspectos fundamentales; esa persona puede llegar a tener el mismo éxito profesional que una persona corrupta, con la diferencia que la primera sentirá orgullo interno real con motivación por lo conseguido, además de la conciencia tranquila, aspecto que no se puede llegar a valorar monetariamente.

Una persona con disciplina, proactiva, ética y otros elementos importantes ya indicados anteriormente, puede llegar a sobresalir mucho más como un líder real y digno de imitar ante los trabajadores. Mucha gente daría más de la mitad de sus logros para poder estar con la conciencia en paz y sin esta última, el éxito de la vida no está completo.

Para lograr la calidad de sus productos y servicios, sus procesos y su organización en general la forma sostenible y real, es comenzando con el cambio usted mismo. Una vez logrado ese cambio y sea capaz de transmitirle la implantación del sistema de gestión y/o indicadores, será exitoso, puesto que ya tienen lo fundamental listo, las personas.

Lo importante es que cada directivo debe tener claro que la calidad debe exigirse a cada uno antes de exigirlo a los demás, puesto que estará evaluada y percibida por el personal en base a lo que demuestre como calidad. A su vez, para que cualquier sistema de gestión no solo mejore la imagen externa de la empresa por las certificaciones que puedan obtener, sino que traiga resultados positivos. Empiece por cambiar la calidad humana de quienes aplicarán este sistema de gestión, ya que este último será el reflejo de lo que la alta dirección y los funcionarios son. Finalmente, en usted está la decisión para este cambio.

Créditos: Jorge Gómez Reátegui, docente de la USIL International Business School.