Docencia virtual respuesta a pandemia

Autora. Míriam E. Velázquez Tejeda

El siglo XXI ha traído consigo cambios vertiginosos en las ciencias y la tecnología en todos los campos del saber humano. Ante ese reto, las universidades están llamadas a formar a los profesionales integralmente. El principio de la interdisciplinariedad es una vía no solo al tratar el contenido del plan de estudio, sino los ejes transversales por ser sustentos teóricos que recorren el currículo como son los pilares de la educación: el ser, el saber, el hacer y el convivir (Delors, 1996); y los sociales, ambientales, axiológicos y la salud en especial. (Carvajal, 2010; Tobón, 2013, y Álvarez de Zayas, 2016). 

La salud humana está azotada por la pandemia por la COVID-19 que enfrenta el mundo ocasionando miles de pérdidas humanas y una crisis sin precedentes en todos los ámbitos de la vida, asevera la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, 2020). Esta emergencia en la esfera de la educación ha dado lugar al cierre masivo de las actividades presenciales en las instituciones educativas en más de 190 países, con el objetivo de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto. 

Según informa la Unesco, a mediados de mayo de 2020, más de 1 200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza en el mundo habían dejado de recibir clases presenciales en las escuelas; de ellos, más de 160 millones de América Latina y el Caribe. En ese sentido, Perú fue uno de los primeros en decretar el distanciamiento social de su población el 16 de marzo, y empezó la cuarentena que impactó en la educación de 9.9 millones de estudiantes. Por ello, desde el 27 de marzo, el Ministerio de Educación (Minedu, 2020) anunció la fase inicial del año escolar con la modalidad virtual para todos los niveles educacionales.

Ante tal problema, la Universidad San Ignacio de Loyola asume la docencia a través de los entornos virtuales ajustada a las bases científicas, didácticas y creativas a fin de continuar los programas de estudio e incidir en la salud preventiva del alumnado y la enfermedad. Para ello, las autoridades y el profesorado han puesto en práctica diversas estrategias con el propósito de llevar a cabo la enseñanza-aprendizaje virtual atendiendo al rigor científico, el investigativo, la innovación y promocionar la salud preventiva.

Asumir la enseñanza virtual de forma masiva en la universidad exigió de un perfeccionamiento en los planes ya existentes para esta modalidad y continuar con la capacitación del docente en el uso y el manejo de las herramientas tecnológicas en los entornos virtuales. Ello ha posibilitado mantener la calidad en la clase del pregrado y postgrado teniendo en cuenta las exigencias planteadas para los entornos virtuales, como refieren Cabero (2006), Zúñiga (2010) y Cruz (2020):

  • Comunicación:  el docente debe ser un comunicador eficiente en la atención al alumnado para evitar la desmotivación y frustraciones; enfatizar en la orientación en el qué, cómo y para qué realizar cada actividad porque en los entornos online se genera estados de ansiedad en los participantes, de ahí que la orientación debe ser frecuente, clara y concisa.
  • Aplicar actividades investigativas, creativas y lúdicas en la enseñanza- aprendizaje en los entornos virtuales a fin de estimular la indagación, el interés y la motivación en los educandos.
  • Lograr que el alumnado concientice el valor de desarrollar una actitud responsable ante la salud preventiva que concientice que la COVID- 19 es un virus letal, y que lo podemos mitigar y vencer si se asume una conducta de autoprotección. 
  • Tener una presencia permanente y asertiva en el aula durante el desarrollo del curso que propicie un ambiente de investigación permanente y de optimismo en la actividad.
  • Responder a la comunicación de los estudiantes de forma rápida y no dar una respuesta tardía a las dudas que presenten en la solución de las actividades.
  • Ser claro y precisos en las orientaciones a fin de provocar el surgimiento de aprendizaje flexible y apoyado en la tutoría u orientación permanente, y no sobrecargar con tareas al estudiante, más cuando este combina el estudio y el trabajo.
  • Fomentar la interacción, la colaboración y la seguridad en vencer los obstáculos con el uso de diferentes herramientas de comunicación (foros, comunidades y redes de aprendizaje, blogs, mensajería instantánea, videos, entre otros).
  • Combinar diferentes materiales y herramientas como multimediales, hipertextuales, visuales, redes temáticas, juegos virtuales, entre otros, a fin de dinamizar la participación de los estudiantes y asimilación de los conocimientos
     

En resumen, las universidades tienen ante sí un gran reto que enfrentamos con preparación e hidalguía, como es responder con preparación científica a las demandas impuestas por la epidemia por la COVID-19, que ha costado tantas vidas, deterioro a la economía y a los procesos normales de la sociedad. Ante ello, la enseñanza-aprendizajes a distancia y online ha exigido nuevas respuestas a fin de llevar el saber hasta el estudiantado y que, con sus recursos cognitivos, procese la información, la interprete, asuma posiciones y aplique lo aprendido en la solución de tareas académicas, investigativas, sociales y mantengan una conducta responsable ante el flagelo de la pandemia.

 

Referencias: