La Facultad de Arquitectura de la USIL llevará a cabo el I Congreso de Arquitectura, Urbanismo y Territorio el 9 y 10 de diciembre. El evento tendrá como ponentes a importantes arquitectos y urbanistas de nuestro país y del extranjero. En los dos días de retroalimentación, los expertos analizarán sobre territorio y sostenibilidad, y megaproyectos y ciudades desde las tres dimensiones de la arquitectura.

Como previa a su ponencia en el congreso, entrevistamos a Jonathan Barton, profesor asociado en el Instituto de Geografía con la Cátedra Papa Francisco de Sustentabilidad de la Universidad Católica de Chile, quien es doctor en Historia Económica por la Universidad de Liverpool (Inglaterra) y geógrafo por la Universidad de Gales (Gales). Él nos compartió su visión del manejo del territorio y las ciudades, y cómo deben operarse para garantizar un desarrollo sostenible a largo plazo.

¿De qué manera el manejo del territorio favorece el desarrollo sostenible de las ciudades?

Primero debemos entender que cualquier manejo territorial, ya sea urbano, periurbano, regional, rural, requiere de la aplicación de criterios y principios. En el concepto de sustentabilidad actual, no están presentes esos principios como, por ejemplo, asegurar las condiciones de la ciudad para las generaciones futuras pensando a largo plazo. Los responsables deben actuar en forma integrada, pero cada uno trabaja por su lado. Me refiero a municipios, ministerios, entre otros. Su criterio de acción es asegurar una provisión inmediata. Sin embargo, eso no implica que estén trabajando de manera coherente y, menos aún, que haya una lógica de largo plazo en su actuar. La sustentabilidad implica replantear los criterios y los principios que aplicamos en la planificación, la inversión, la normativa y en la participación ciudadana también.

En esa línea, ¿cuál es el aporte de la visión geopolítica?

Obtenemos transparencia en términos de cómo tomamos decisiones. Sabemos que hay muchos grupos de interés, como aquellos que necesitan resolver su situación de acceso a vivienda, que es una necesidad básica. Entonces, no solo los inversionistas o los gobiernos locales constituyen grupos de interés, sino también esos pobladores. Sin duda, cada ciudad tiene sus dilemas y problemáticas, pero hay que transparentar eso. Asimismo, debemos asegurar que los criterios que estamos aplicando no solo sirven para el corto plazo, ya que no podemos resolver un problema actual generando más inconvenientes a futuro. Sabemos que hay urgencias, pero eso no significa que seamos incapaces de pensar en un buen gasto público y privado en términos prolongados. Eso requiere hacer un cambio de lógica, porque estamos funcionando a corto plazo y una ciudad no se resuelve así.

¿Cuáles son los retos del desarrollo urbano sustentable en América Latina?

Debemos planificar para el mediano y largo plazo, tener visiones e imaginarios de ciudad. Si no tenemos esa visión compartida, en la que la gente haya planteado sus deseos y necesidades en forma plena, terminaremos apagando incendios, con ciudades cada vez más caóticas, desordenadas e incapaces de satisfacer las necesidades mínimas de sus habitantes. La población necesita calidad de vida, su anhelo no es algo marginal, así que debemos enfocarnos no solo en resolver ciertas necesidades, sino en crear las condiciones para que tengan una vida más plena. En ese sentido, considero que la planificación es fundamental y ahí la participación es la parte más compleja. Sabemos que en América Latina hay clasismo, racismo, elitismo y eso significa que debemos ver cómo incluir a todos, ya que, si no hay inclusión, no hay legitimización. La integración también es necesaria, porque nuestras vidas son multidimensionales. Cuando vemos la parte operativa, la dividimos en fragmentos que no conversan entre sí y hay que forzar ese diálogo entre ellos.

Desde su experiencia, ¿cómo deben afrontarse?

Hay dos elementos. Por un lado, las normativas que muchas veces exigen que el actor público o privado se comporte de cierta forma, pese a que está amarrado de brazos y piernas, porque las leyes no le permiten actuar de otra forma. Por situaciones como esa, sabemos que hay limitaciones en los mismos instrumentos. De ahí que necesitamos revisarlos y eso puede ser difícil, ya que estamos acostumbrados a una forma de hacer las cosas, pero eso no quita que esos instrumentos sean los adecuados para resolver los problemas que afrontamos. Todos nos adaptamos y seguimos las reglas, pero muchas de estas no son las adecuadas, están desfasadas, no sirven para los desafíos que de hoy.

¿Por qué recomendaría a los interesados a inscribirse en este congreso organizado por USIL?

Necesitamos una revolución urbana, pero de la buena. Con más participación y transparencia. Para eso, debemos replantear cómo pensamos en la ciudad y, luego, entrar a revisar los instrumentos. También es primordial pensar cómo involucramos más personas en ese proceso. De ahí que la técnica de planificación territorial solo sirve si somos capaces de enfrentar los demonios que sabemos que existen dentro de esos instrumentos. Tenemos que abrirlos, cambiarlos y replantearlos. Nuestro actuar como profesionales no puede estar aplicado a lo existente, debemos tener el coraje de decir aquello que no está funcionando y cambiarlo. Los consensos impulsan el cambio y en congresos como este, eso es lo que se produce, acuerdos para llevar a cabo la revolución que necesita la ciudad.

Inscríbete en el I Congreso de Arquitectura, Urbanismo y Territorio ingresando a este enlace: https://www.usilonlife.com/producto/i-congreso-de-arquitectura-urbanismo-y-territorio/

Sobre Arquitectura
La carrera de Arquitectura, Urbanismo y Territorio de la USIL forma líderes que impacten en la vida de las personas a través de proyectos innovadores que integren el manejo del espacio arquitectónico, urbano y local para impulsar el desarrollo del país. Entérate más aquí.