Por Ana Lorena Elguera Pajares, Directora de la carrera de Psicología de USIL.

Un serio problema al que se enfrentan muchos padres de familia es lidiar con la ansiedad de tener a sus hijos lejos durante la cuarentena, situación que suelen enfrentar parejas divorciadas o separadas, que suman un nuevo reto a su dinámica familiar. ¿Cómo afrontar la crianza compartida si se vive en diferentes hogares sin posibilidad de verse en los horarios en que antes lo hacían?

Generar un sólido y fructífero vínculo con nuestros hijos no es tarea sencilla, requiere amor, tiempo y dedicación permanente. Y la actual coyuntura agrega mayor desafío a la tarea, si el padre no habita el hogar. Si bien es cierto, calidad vale más que cantidad de horas juntos, ahora es necesario que esa calidad de tiempo sea sentida o percibida a pesar de la distancia y a través del uso de la tecnología. En esta coyuntura, las plataformas virtuales nos permiten acortar la distancia y mantener la relación padre e hijo/hija viva, real y sólida.

En muchos casos, incluso, la distancia puede fortalecer el vínculo. Lo importante es tener un horario fijo de comunicación y utilizar todas las formas posibles que potencien la relación parental. A continuación, se detallan algunas recomendaciones para acortar esta distancia:

  1. Tener un horario en el día para conversar sobre cómo estamos, cómo nos sentimos, lo que nos asusta o nos preocupa. Mantener una comunicación directa y sincera con nuestros hijos los ayuda a verse reflejados en nosotros y lidiar con más fuerza esta situación difícil. El horario elegido podría cambiar los fines de semana, ya que se dispone de más tiempo para conversar. No juegue al súper papá, brinde un modelo real, un espejo en el que sus hijos puedan mirarse.
  2. Mantener contacto durante el día. Un breve mensaje de texto, un correo o una llamada corta para decirle a nuestros hijos cuánto los queremos, nunca está de más.
  3. Hacerle saber a diario que, a pesar de la distancia, estamos conectados, comunicados y el amor permanece. Decirlo de manera explícita es necesario en esta coyuntura.
  4. Hablar de nuestras emociones es de vital importancia para servir de modelo de educación emocional para nuestros hijos. Todo dependerá de la edad de los niños. El mensaje debe estar ajustado a su edad y desarrollo emocional.
  5. Estar separado de la pareja, no implica separación con los hijos y, debido a la cuarentena, se agregan nuevos retos a la comunicación con ellos. Por ello, debemos mantener la complicidad viva a través de videollamadas, reuniones por plataformas virtuales, llamadas telefónicas, mensajes de texto, etc. La tecnología pone a nuestra disposición múltiples formas de mantenernos conectados.

La tecnología nos permite generar reuniones familiares virtuales, jugar juntos, compartir nuestros miedos y expectativas. Lo importante es no decaer en nuestro intento de mantener un vínculo sólido con nuestros hijos a pesar de no habitar el mismo espacio físico. La paternidad o maternidad es una carrera para la que no hemos sido formados ni entrenados. No obstante, amar es intuitivo: utilice sus herramientas y recursos para transmitir ese amor de la manera que sea posible.