Antes de su participación en La Voz Perú, antes de ingresar a la carrera de música, mucho antes de pasar los minutos previos a una clase cantando con sus amigos, Areiana Pasco tuvo, tal vez, la conversación más importante de su vida.
- Tienes que estudiar administración o ingeniería industrial. Tienes que ayudarme con el negocio -decía la mamá de Areiana como quien apaga las luces, las consolas de audio y el micrófono en un concierto.
- Mamá, pero no me gusta. Yo quiero estudiar música – se defendió la hija.
- Cuando acabes una carrera, después, con tu plata, estudias lo que quieras. Pero primero te pones a estudiar administración – dijo irreductible la madre.
Areiana había sorprendido desde muy pequeña a todos cuando cantó una canción del grupo 5 en una reunión familiar. Conmovió a sus padres en una actuación escolar en la que cantó ella sola. Participó de serenatas vestida como charra mexicana. Todo apuntaba a que estaba naciendo una cantante. Pero eso, en el momento de elegir una profesión, poco importaba.
Durante semanas Areiana trató de convencerse de que lo que decía su madre era verdad. Que luego de ser administradora o ingeniera podría dedicarse a lo que más ama. Pero tratar de esconder u olvidar una pasión es como tratar de atrapar el agua entre las manos. Entonces, llegó el día.
- Mamá, si yo estudio lo que tú quieres, no voy a ser feliz. Me voy a aburrir, lo voy a hacer mal y al final tú te vas a molestar.
- ¿Realmente quieres ser cantante?
- Es lo que más quiero en la vida.
Y así su madre dio su brazo a torcer. Ahora faltaba el papá. La estrategia de Areiana era convencerlos por separado. “Mi papá no quería que sea cantante porque quería protegerme, él sabe que es un medio difícil y muy cruel en muchos sentidos. Él esperaba que estudie medicina. Pero al final le prometí que se sentiría orgulloso de mi y pude convencerlo”.
Entonces Areiana Pasco, la que canta en la ducha canciones de inglés, la que disfruta tanto del jazz y el blues como la salsa y la cumbia, la que sube videos a su Tik Tok con filtros de pecas y audios en tendencia, la que quiere también actuar en una película, esa misma Areiana dio un gran paso para cumplir su sueño. “Entrar a la USIL fue como si hubiera entrado a High School Musical. Me encontré con mucha gente que comparte mi misma pasión por la música. Y desde que vi las instalaciones, el estudio de grabación, la sala de música y todo lo demás me enamoré, y de solo pensar que iba a pasar horas de horas allí, decidí”, recuerda Areiana, quien está ahora en el cuarto ciclo.
“Los cursos que más me han gustado hasta el momento han sido Canto y Ensamble, porque es increíble ver cómo poco a poco se va armando una creación colectiva y puedes escuchar el producto final. Es fantástico”, agrega la alumna, quien ya pudo demostrar parte de su talento y preparación en uno de los formatos de competencia de canto más famosos del mundo: La Voz.
La Voz de Areiana
Un día el hermano de Areiana le compartió un post de Instagram. Otro día una amiga llegó con su teléfono lista para grabarla. Y después de un tiempo una respuesta fue suficiente para que en la casa de la familia Pasco un grito de felicidad inunde cada habitación. “Has entrado a los castings en vivo”.
“La experiencia ha sido maravillosa, he aprendido bastante. He podido aplicar lo aprendido en clases. He conocido gente increíble. Siento que he podido mejorar en cada presentación y lo que más valoro es que ya mis papás están convencidos de que esto es lo mío”, afirma Areiana, quien también valora el apoyo de sus compañeros y profesores desde que comenzó la competencia televisiva.
“He tenido el apoyo de todos y ha sido muy emocionante. Aunque ya no siga en competencia siento que igual he ganado varias cosas que ahora puedo aplicar para seguir creciendo en esta carrera que amo tanto. Es a lo que me quiero dedicar toda la vida y por eso estoy aquí, para aprender a ser la mejor cantante que pueda y logre vivir de lo que más amo”, concluye.