Por: Daniela Alejandra Huapaya Neumann y Luis Pablo Villafuerte. Alumnos de la carrera de Derecho de la Facultad de Derecho de la USIL. Docente supervisor: Mg. Franco Germaná Inga.
Hace más de 25 siglos, los antiguos griegos idearon un sistema de Gobierno que se oponía a la jefatura o al liderazgo de una sola persona (monarquía) o de unos pocos privilegiados (oligarquía). Idearon un sistema de Gobierno revolucionario para su época, un sistema basado en la igualdad ante la ley, la independencia y la libertad; un sistema en el que los propios ciudadanos decidían sobre su destino en lugar de que poderes ajenos y carentes de control social rijan las riendas de sus vidas. A dicho noble ideal lo denominaron democracia, del griego ‘dêmos’ y ‘krátos’, el poder del pueblo.
Muchos acontecimientos han pasado en dos mil quinientos años: poderosos imperios han surgido y desaparecido, los mapas se han hecho y rehecho, diversas pandemias han enfermado al mundo; no obstante, la democracia, con sus altos y bajos, ha evolucionado y se erige como el principal sistema de Gobierno en la actualidad. En él, todos los ciudadanos tienen voz: hombres y mujeres, propietarios o no, sin distinción de raza o de cualquier otra índole.
A nivel regional, la Carta Democrática Interamericana, adoptada el 11 de setiembre de 2001 en Lima, en el seno de la Organización de Estados Americanos, es el testimonio de los errores aprendidos de nuestro continente y su renovada fe en la democracia. Este documento significó un paso importante para fortalecer la idea de que la democracia implica elecciones, pero también mucho más. Se incluyen entre sus componentes esenciales el respeto a las libertades fundamentales, la alternancia en el poder, la participación ciudadana, el pluralismo político, entre otros.
A nivel global, el 8 de noviembre de 2007, la Organización de las Naciones Unidas adoptó la A/RES/62/7, la cual decidió crear el Día Internacional de la Democracia para celebrarlo todos los 15 de setiembre. Así, este día sirve para conmemorar la importancia del sistema que garantiza nuestra libertad.
Actualmente, la crisis mundial, producto de la pandemia por COVID-19, ha puesto a prueba a la democracia, generando grandes desafíos para muchos países. Por ejemplo, alrededor del orbe se han adoptado medidas como restricciones a la libre circulación, el derecho a reunirse con otras personas, restricciones al acceso de la educación, entre otras. No obstante, para ser legítimas, deben ser necesarias y proporcionales a la situación de cada Estado, pero, sobre todo, deben ser legales.
En suma, la democracia es un concepto central en el pensamiento político de la humanidad desde hace ya varios siglos, demostrando que es el sistema más equitativo y efectivo para el manejo del poder en la sociedad. Por tal motivo, es imperante que, como jóvenes, nos involucremos en la vida pública. Esto no significa necesariamente ser partidario o militante de un partido político, sino partir de un interés común por conocer cómo se accede al poder, cómo se ejerce y sobre todo cómo se controla. Por ello, nuestra tarea como una nueva generación es proteger y participar activamente en la democracia de nuestro país.
Fuentes de investigación:
Carta Democrática Interamericana. (2001) Lima. Perú. Naciones Unidas, “Atender a la democracia durante el COVID-19” (2020). Recuperado de: https://www.un.org/es/observances/democracy-day