Un análisis objetivo elaborado por Iván Siffredi Santa Ana, bachiller de la carrera de Relaciones Internacionales.

Por: Iván Siffredi Santa Ana, Bachiller en Relaciones Internacionales de la USIL y miembro investigador del Centro de Investigación de Asuntos Estratégicos Globales de Madrid.
La presencia rusa en Ucrania viene dando al mundo de qué hablar hace más de dos años, especialmente en mayor medida a los medios de comunicación, los cuales derrochan sensacionalismo partidista a ambos bandos, que se muestran al mundo como aquellos que defienden ideales, tanto memorables como correctos, de foráneas corrientes moralmente cuestionables.
Sin embargo, no se podría estar más errado al pensar que existen bandos inequívoca y objetivamente “malos” o “buenos”. Por ejemplo, Rusia no ingresó al Donbass por “desnazificar Ucrania” ni para lograr la “pacificación de su vecindario” o “asegurar la independencia de sus connacionales”, así como Ucrania tampoco enfrenta al “yugo opresor de la visión totalitaria y fascista de Vladimir Putin”, ni la OTAN buscó incorporar a la nación eslava occidental para simplemente “brindarle protección”, ni tanto menos. Si hay algo que es menester recordar son las palabras de Carl von Clausewitz: la guerra no es sino la continuación de la política por otros medios, y es solo parte del intercambio político entre gobiernos y naciones, y no es, entonces, un fenómeno por sí mismo (1976)
Por otro lado, es estipulado que el conflicto per se trasciende a la invasión rusa iniciada en febrero de 2022, retrocediendo en el tiempo incluso diez años atrás, con la invasión de Crimea en el año 2014. Es decir, el conflicto en retrospectiva no gira en torno a un escenario de guerra específico, sino más bien a la puja geopolítica entre la implacable Rusia de Vladimir Putin y una Ucrania proeuropea buscando protegerse de la esfera de influencia del mentado.
En este trabajo me abocaré a denotar, con lujo de detalles, los puntos de vista y justificaciones ideológicas y geopolíticas de ambos bandos, utilizando el pasado cercano y lejano para darle un “por qué” a la incursión, a la acalorada dialéctica entre ambos pueblos, a las decisiones políticas de sus mandatarios y al desastre de la comunidad occidental en materia de mediación de conflictos y asistencia humanitaria.
Intereses estratégicos e ideológicos en el conflicto Ruso-Ucraniano
En primer lugar, recordemos que en la guerra no existen justos ni pecadores. Desde el punto de vista del realismo clásico (tomando por ejemplo la postura del cardenal Richelieu durante las guerras entre cristianos), podemos apreciar que no existe un norte “moral” en materia política, sino la presencia de intereses que prevalecen y/o transmutan por conveniencia o necesidad.
Dicho esto, los intereses que posee Rusia sobre Ucrania son los siguientes: seguridad nacional, recursos, poder regional y política exterior. En primer lugar, es materia de preocupación para la longeva administración Putin lo que representa un mundo en el que la OTAN se encuentre presente en un país limítrofe, ya que es una gran cesión de poder y un serio riesgo geopolítico. Además, la coexistencia con una Ucrania aliada (o por lo menos neutral) la convierte en un Estado tapón que escudaría a Rusia de la implacable aproximación de la OTAN hacia oriente (Kuzio, 2015).
Por otro lado, la ruta por la cual el petróleo ruso es exportado hacia Europa pasa directo a través de Ucrania, por lo que le es conveniente a Rusia asegurar su posición de poder respecto a la crisis energética de Europa occidental. En materia tanto de poder regional como de política exterior, el resultado favorable de la invasión de 2022 le permite a la administración Putin reafirmar su imagen de poder, la cual le permite ganar apoyo político y consolidar su imagen política en el Sistema Internacional (Kuzio, 2017).
En el otro lado del espectro, los intereses de la administración Zelenski se centran en la defensa de su país (Shifrinson, 2022), la búsqueda de independencia de Rusia (en tanto materia política como energética) y su inserción en el bloque occidental (Lennon et al., 2023) (esta última es más bien una garantía tanto de desarrollo económico como de protección contra una posible ofensiva rusa).
Sin embargo, el objetivo al que se aboca el escrito no gira en torno al mero análisis de los intereses de los beligerantes, sino más bien la identificación de los fundamentos ideológicos que respaldan las acciones políticas que toman sus mandatarios.
La visión neozarista de Putin
Como un ya tardío estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales, puedo aseverar con vehemencia que, como evidencia la historia, los hombres pueden morir, más no las ideas. En relación a lo referido, el concepto de un fuerte vínculo entre Bielorrusia, Rusia y Ucrania (que tienen profundas raíces en la Rus de Kiev y el Imperio Ruso) es un recurso recurrente en la dialéctica política de Vladimir Putin, acerca del cual ha escrito ensayos como el llamado Sobre la Unidad Histórica de Rusos y Ucranianos (2022).
A su vez, uno de sus objetivos políticos consiste en recuperar el poder que alguna vez ostentó la Unión Soviética, cuya disolución es calificada por el mandatario como el “mayor desastre geopolítico del siglo [XX]” (Putin, 2005). Dicho objetivo no solo es el cimiento de la política exterior rusa del siglo XXI, sino que además es una herramienta para conseguir el apoyo político de la población rusa a través del sentimentalismo nacionalista cuyo uso, aparentemente, está rindiendo sus frutos. (Statista, 2024).
Es esta legitimación de sus acciones la que le permite quedarse en el poder y no ser (ampliamente) cuestionado por su toma de decisiones. La coyuntura social y política de Rusia explica el paradigma ideológico mayoritariamente validado por su población.
La búsqueda de reafirmación de identidad en Ucrania
Fuera de los intereses estipulados previamente, el ideario detrás de la administración Zelenski es la defensa no solo de su soberanía, sino también de su identidad nacional. El concepto de fraternidad rusa es rechazado por completo (excepto por Donetsk y Lugansk), ya que implica tanto retroceder hacia el yugo ruso como ceder a la dependencia (tanto energética como económica) del mismo. Es decir, ceder su autonomía (Shifrinson, 2022).
Por otro lado, es el fomento de esta identidad lo que mantiene a sus soldados en el frente (cuya moral ha decaído considerablemente desde 2022) y la barrera que separa a sus ciudadanos de la resignación ante la conquista (Korostelina & Toal, 2023).
Este es un gran reto para la administración de Volodímir Zelenski, la cual fue marcada por una coyuntura difícil para cualquier político, repleta de decisiones delicadas a tomar. Si la defensa de Kiev es exitosa y Ucrania sale airosa del encuentro bélico (cuyo resultado es altamente improbable teniendo en cuenta el resultado reciente en los frentes de Bakhmut, Adviivka y el acercamiento de las tropas rusas a Járkov) (BBC News, 2024), esta se integraría con brazos abiertos al bloque occidental y marcaría aún más la barrera entre ambos Estados eslavos.
La guerra como reflejo de intereses y visiones de poder
En conclusión, la causa y razón de ser de la presente guerra es de carácter ideológico-político, además de ser producto de un choque de intereses. Si bien la guerra no causa más que muerte y destrucción, es una extensión drástica del disentimiento político e ideológico de ambos Estados, que buscan la satisfacción de sus necesidades a través de medios violentos en el marco de un Sistema Internacional cada vez menos diplomático.
Es menester comprender que, como estipula el título del presente texto, en la guerra no existen justos ni pecadores y que, por ende, no existen bandos buenos ni malos. Ambos paradigmas tienen una justificación ideológica y geopolítica, cuya defensa es motivada y fomentada por el nacionalismo o la búsqueda de la consolidación de una identidad, que sostienen metas y/u objetivos (a veces alcanzables y a veces inalcanzables) ideados para el afianzamiento de su poder político en el marco regional.
Carrera de Relaciones Internacionales en USIL
Comprender los conflictos internacionales exige más que observar: requiere análisis, sensibilidad y acción. Si estás listo para convertirte en un agente de cambio, te invitamos a conocer la carrera de Relaciones Internacionales de USIL, donde podrás prepararte con una perspectiva ética y global.
Fuentes:
- British Broadcasting Corporation (2024, 17 de mayo). Ukraine in maps: Tracking the war with Russia. BBC. https://www.bbc.com/news/world-europe-60506682
- Korostelina, K. y Toal, G. (2023). The Dynamics of Identity in Ukrainians Living at the Front. Wilson Center. https://www.wilsoncenter.org/blog-post/dynamics-identity-ukrainians-living-front
- Kuzio, T. (2017). Putin’s War Against Ukraine: Revolution, Nationalism, and Crime. CreateSpace Independent Publishing Platform. DOI: 10.18523/kmlpj120150.2017-3.201-203
- Kuzio, T. (2015). Ukraine: Democratization, Corruption, and the New Russian Imperialism. Praeger.
- Lennon, O., Minakov, M. y Pomeranz, W. E. (2023). What Did Zelensky Accomplish During His US Trip. Wilson Center. https://www.wilsoncenter.org/article/what-did-zelensky-accomplish-during-his-us-trip-wilson-center-expert-response
- Putin, V. (25 de abril de 2005). Annual Address to the Federal Assembly of the Russian Federation. Kremlin.ru. http://en.kremlin.ru/events/president/transcripts/22931
- Shifrinson, J. (2022). What is America’s interest in the Ukraine War. MIT Center for International Studies. https://cis.mit.edu/publications/analysis-opinion/2022/what-americas-interest-ukraine-war
- Statista (2024). Población conforme o disconforme con la gestión de Vladímir Putin como presidente de Rusia en enero de 2024. https://es.statista.com/estadisticas/1293686/indice-de-aprobacion-de-vladimir-putin-en-rusia-mensualmente/
- Von Clausewitz, C. (1976). On war (M. Howard & P. Paret, Eds. & Trans.). Princeton University Press. (Trabajo original publicado en 1832)