Por Carolina Muñoz Soriano, Docente parcial de la Facultad de Educación de USIL.
El artículo refiere acerca del Día Internacional del Síndrome de Down, para lo cual se ofrecen claves significativas para mejorar la práctica docente diaria.
Desde diciembre del 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de marzo como el Día Internacional del Síndrome de Down, con el propósito de generar una mayor conciencia en la ciudadanía sobre la dignidad inherente y valiosa que tiene cada persona en la sociedad.
Se sabe que el síndrome de Down, o trisomía, es un trastorno genético de los cromosomas del par veintiuno, que provoca retraso intelectual caracterizado por una apariencia física atípica. En algunos casos, este síndrome está asociado a enfermedades tiroideas o cardiacas.
La intervención temprana dirigida por el equipo de especialistas, terapeutas, fisioterapeutas y educadores especiales dan soporte a cada persona afectada con esta enfermedad, para darles la oportunidad de alcanzar progresos satisfactorios en su autonomía e independencia.
Es imprescindible mencionar la gran labor educativa que llevan a cabo los docentes en las aulas, en el trabajo con los padres de familia y con la sociedad. Para ayudarlos en este proceso, ofrecemos algunas claves que pueden ser útiles:
- Reconocer las fortalezas de cada niño, joven o adulto para desarrollarlas y potenciarlas. Así se obtienen resultados sobre la base de sus habilidades y no sobre lo que aún no han desarrollado.
- Utilizar softwares educativos que les permitan a los maestros atender las necesidades educativas especiales de niños y niñas, para potenciar su inclusión en la sociedad.
- Apelar al juego y motivación, ya que son las bases del aprendizaje que ayudan al estudiante a desarrollar su voluntad y el hacer con gusto y buena disposición.
- Establecer rutinas y horarios con imágenes o soporte visual para mejorar las dificultades de localización y tiempo.
- Desarrollar una metodología de aprendizaje basada en situaciones concretas, de la vida cotidiana, antes de llegar a las abstractas.
- Establecer conexión con los estudiantes, ya que permite desarrollar una comunicación efectiva con ellos y entre sus pares.
- Asesorar a los padres de familia para que colaboren con las acciones educativas en beneficio de estos niños, jóvenes o adultos.
Finalmente, debemos confiar en la capacidad y talento de cada estudiante con síndrome de Down.
Fuentes de investigación
www.un.org/es/observances/down-syndrome-day