La teóloga, pedagoga y escritora Carmen Pellicer, quien participará en el II Congreso Internacional de Educación: Repensar la educación en el siglo XXI, organizado por la USIL, asegura que vivimos un momento determinante para llevar a cabo cambios fundamentales para la educación del futuro. “La COVID- 19 ha puesto patas arriba los sistemas educativos, ha puesto en manifiesto los grandes desafíos como la brecha acentuada entre aquellos que tienen accesibilidad y los que no la tienen y la brecha de la injusticia social”, asegura.

Asimismo, indica que las mejoras futuras van a depender mucho de “si somos capaces como civilización a nivel global de aprender de esta experiencia para abordar esos desafíos o no, o vamos a volver a la normalidad anterior al COVID-19 y a repetir los mismos errores que hemos estado cometiendo con el COVID-19”.

Pellicer, quien además es presidenta de la Fundación Trilema y una de las emprendedoras sociales referentes a la red global de Ashoka en el ámbito de la educación, advierte que el primer desafío de la educación es no conformarse con la mediocridad. “Es un error pensar que porque garantizamos la escolarización de todo el alumnado nos podemos conformar. El derecho no es solo a la educación, es a una educación excelente que permita que cada alumno elija su futuro”, señala. Del mismo modo, indica que otro desafío es no actuar de manera reactiva sino reflexiva y oportuna en los grandes temas de la educación. “Se trata de no actuar como bomberos, es decir, creo que en la educación, las grandes decisiones se toman muchas veces apagando fuegos y un poco al inmediato. Hace falta una reflexión serena y planificación con tiempo que inviertan los resultados a largo plazo. Creo que es esta una de las cuestiones más importantes”, asevera.

Sobre la formación docente

La directora de la revista Cuadernos de Pedagogía también subraya la importancia de la formación constante de los educadores, ya que se enfrentan a cambios constantes. “El aprendizaje continuo es el gran desafío que tiene el docente por los cambios que experimentan los alumnos, por los cambios que experimenta nuestro mundo, el entorno profesional que nuestros alumnos van a enfrentar, pero también por al avance de la ciencia, la neurología, del conocimiento de la mente humana, del aprendizaje, ya que a la final siempre hay que estar estudiando y aprendiendo”, sostiene.

La especialista apunta que hay diversos desafíos actuales en la formación de los educadores. “Primero están las metodologías de enseñanza y aprendizaje, cómo fomentar un aprendizaje activo, cultivar el pensamiento crítico, apostar por las competencias y habilidades. Segundos están los modelos de evaluación, cambiar el modelo tradicional de evaluación como control de los logros como si fueras una especie de árbitro del aprendizaje y pasar a un modelo de acompañamiento activo en la mejora de cada uno de los alumnos. Y tercero es la personalización, cómo formamos a nuestros docentes, cómo aprendemos como docentes a personalizar y diseñar itinerarios únicos para cada individuo. Eso es algo que rompe con los sistemas tradicionales de enseñanza.

Finalmente, Pellicer, quien participará en el Congreso Internacional “Reprensar la Educación del Siglo XXI”, organizado por la USIL del 3 al 4 de diciembre, manifiesta que un maestro o maestra puede cambiar para siempre la vida de un niño y una escuela puede cambiar a un pueblo o una localidad, pero si queremos cambiar un país, debemos cambiar todo el sistema educativo, eso requiere buenos gobernantes educativos, buenos técnicos, buenos inspectores, buenos directores, buenos ministros, gente con mucha inteligencia colectiva para diseñar un cambio profundo y real.