Nuevos protocolos de bioseguridad y experiencias que integren a las familias y les permita descansar y trabajar al mismo tiempo son algunas de las medidas implementadas por el sector hotelero mundial para hacer frente a los efectos de la pandemia, especialmente el económico.

Cifras de la Organización Mundial del Turismo (OMT) informan que el 2020 el turismo mundial tuvo pérdidas por US$ 1.3 billones, lo que representa un retroceso a los niveles de 1990.

En Perú, la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) indica que el 2020 hubo un 79% menos turistas y menos facturación que el 2019, lo que representa US$ 900 millones. Mientras que el turismo interno registró un 74% menos viajes y US$ 100 millones en facturación.

Dado este escenario, la carrera de Administración Hotelera de la Universidad San Ignacio de Loyola realizó el webinar “Desafíos y tendencias en el sector hotelero” con el objetivo de conocer los retos, desafíos y tendencias del sector en la adaptación a las nuevas medidas y desafíos relacionados con cambios en la tecnología y la evolución en las preferencias de los usuarios.

Los expositores coincidieron en señalar que el nuevo escenario se enfoca en servicios que ofrezcan seguridad, higiene, espacios abiertos y nuevas experiencias, como los viajes multigeneracionales y habitaciones flexibles que permitan trabajar y descansar.

Para Úrsula Hurtado, office manager Best Western Hotels & Resorts South América, esto significaría tres grandes desafíos: i) reducir costos; ii) invertir en la implementación de protocolos de bioseguridad y planes para la vigilancia, prevención y control de la covid-19; iii) mantener y captar clientes.

En cuanto a los viajes multigeneracionales, explicaron que estos se producen porque las familias han estado separadas varios meses y ahora optan por pasar las vacaciones juntas. Un estudio de Promperú (agosto 2020) realizado a un perfil del potencial vacacionista nacional, señala que los viajes en familias se han incrementado en un 32%, y los de parejas un 33%.

Sobre la experiencia hospitalaria, precisaron que los turistas requieren habitaciones con buena conexión a internet y un espacio adecuado para trabajar; y actividades extras como cursos de cocina o yoga al aire libre.

El estudio de Promperú también señala que, un 49% prefiere realizar turismo de naturaleza y un 38% turismo de bienestar. En ese sentido, los resorts subterráneos buscan que las personas se conecten con la naturaleza y disfruten de la tranquilidad del entorno.

Otra estrategia importante, según los ponentes, es que los hoteles adapten sus plataformas digitales para comunicar sus protocolos y certificaciones de bioseguridad, destacar la buena relación de calidad-precio y dar a conocer sus promociones, beneficios y actividades al aire libre que permitan un redescubrimiento del propio país, cultura y religión.

Finalmente, Sandra Zubieta, directora de la Facultad de Administración Hotelera, Turismo y Gastronomía de la USIL, destacó que la adaptación es la clave para supervivencia de las instituciones, por lo que “tenemos que estar más fuertes y ser más creativos e innovadores para poder recuperar el sector”.

El dato:
Según Canatur, debido a la pandemia un millón de trabajadores y emprendedores del sector turismo se encuentren desempleados, 1.5 millones de trabajadores formales sin ingresos, 170 mil empresas turísticas cerradas y 20 mil guías turísticos sin ingresos.