El caso de Shadya y Shandel, separadas con éxito a los dos meses de nacidas, fue recordado en la USIL como un ejemplo de humanidad y ciencia.

El amor trasciende el tiempo, y cuando une a una familia, puede obrar milagros. Hace más de 12 años, un grupo de médicos peruanos realizó una de las cirugías más complejas y precoces en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen: la separación de dos siamesas unidas por el abdomen que compartían el hígado.
Las hermanas Shadya y Shandel, con apenas dos meses de nacidas, fueron sometidas a una operación de riesgo por más de nueve horas, según recordó el Dr. Jorge Nue Bracamonte, jefe del Servicio de Cirugía Pediátrica en ese momento, durante una conferencia en la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).
“Hubo dos grandes desafíos: lograr que cada una tuviera su propio hígado y cerrar el orificio abdominal”, explicó el especialista, al recordar el nivel de precisión que exigió el procedimiento quirúrgico.
La operación fue un éxito, aunque el proceso fue complicado. Tras pasar una semana en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), las niñas mostraron evoluciones distintas: mientras Shadya respondía favorablemente al tratamiento, su hermana Shandel sufrió una insuficiencia respiratoria que puso en riesgo su vida.
Frente a este problema, los médicos buscaron respuestas, pero ninguna resultaba efectiva. Fue entonces cuando uno de los hermanos del Dr. Nue le mostró un artículo de la revista Selecciones titulado “El abrazo salvador de una hermana”.
La edición de 1996 de la revista relataba la historia de dos gemelas prematuras, una de las cuales sobrevivió tras ser colocada junto a su hermana en la misma cuna.
Inspirado por este caso, el médico decidió reunir nuevamente a Shadya y Shandel en la misma incubadora. Apenas se tocaron, la pequeña Shadya tomó la mano de su hermana, y al día siguiente comenzó una recuperación que sorprendió al equipo médico.
En pocos días, Shandel logró estabilizarse y salir de peligro. «Como dijo Isaac Newton, “Lo que conocemos es una gota; lo que no conocemos es un océano”», reflexionó el cirujano al recordar aquel momento.
Hoy, más de una década después, Shadya y Shandel celebran doce años de vida gracias a una de las cirugías más tempranas y exitosas de su tipo en el mundo. Se estima que solo existen entre seis y ocho casos similares registrados a nivel global.
La historia fue evocada durante el ciclo de conferencias de la Facultad de Ciencias de la Salud de la USIL, en el marco de su 30.o aniversario, como un homenaje a la ciencia médica peruana y al poder humano detrás de cada logro en la medicina.