Se especializa en investigar la contaminación marina y la presencia de microplásticos.
Con 54 papers de investigación publicados en revistas internacionales indizadas en Scopus, Gabriel de la Torre Picho, de 26 años, se ha abierto un espacio en el mundo académico por sus descubrimientos sobre la contaminación y el medioambiente.
Las publicaciones de Gabriel resaltan por su calidad e impacto en la comunidad científica, un 80 % de ellas están en revistas Q1, destacando colaboraciones con autores de Alemania, Irán, Bangladesh, Brasil y Marruecos, participando principalmente con la Universidad de Duisburgo-Essen, Universidad de Ciencias Médicas de Bushehr, Universidad de Ciencia y Tecnología de Noakhali, Universidad Federal de Santa Catarina y la Universidad Ibn Zohr.
El 2018 participó en el proyecto de investigación “Bioensayos de Toxicidad: Herramientas para la evaluar la fitotoxicidad de contaminantes emergentes sobre matriz terrestre”; y, actualmente, participa en el proyecto ANTAR “Evaluación de la presencia de microplásticos en componentes abióticos y bióticos en la Bahía Almirantazgo”, promovida por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El joven investigador se define como explorador, investigador y científico. Los tres títulos son distintos, pero todos están vinculados al trabajo que realiza. Es ingeniero industrial de la Universidad San Ignacio de Loyola y asegura que su labor es ahondar en problemas y pensar en las posibles causas y soluciones. Todo a través de la ciencia y de la ingeniería industrial.
Gabriel es miembro activo del grupo de investigación BIOMAS (Biodiversidad, Medio Ambiente y Sociedad), donde se contribuye principalmente a las ODS de salud y bienestar (1), energía asequible y no contaminante (7), producción y consumo responsables (12), vida submarina (14) y vida de ecosistemas terrestres (15).
Su primera investigación, siendo estudiante, fue: “Abundance and distribution of microplastics on sandy beaches of Lima, Perú”. Esa sería el inicio de muchas.
En la actualidad, Gabriel se especializa en investigar la contaminación marina y la presencia de microplásticos. Varios de sus trabajos han sido publicados en prestigiosas revistas científicas, tales como Science of The Total Environment, Marine Pollution Bulletin, Journal of Hazardous Materials, Chemosphere y Environmental Research.
Tras la pandemia de la covid-19, las playas fueron abiertas al público nuevamente. La arena y el mar se encontraban contaminados con equipos de protección personal, como mascarillas y guantes. Con esta observación empezó el estudio del que se sentiría un día orgulloso.
La investigación binacional, desarrollada en Argentina, realizó una línea base sobre el estado de contaminación de este tipo de materiales a lo largo del litoral de ambos países, dando una referencia sobre la posible contribución de los equipos de protección personal a la contaminación con plásticos. Además, los análisis químico-analíticos realizados permitieron revelar el comportamiento de estos materiales en el ambiente y sus posibles consecuencias.
“Al inicio fue muy difícil porque no contábamos con fondos, ni experiencia o mentoría. USIL nos ayudó a través del uso de laboratorios, materiales y transporte para continuar desarrollando nuestras investigaciones. Posteriormente, ya como asistente de Investigación, he recibido considerable apoyo para que los investigadores podamos impulsar el desarrollo de nuestras investigaciones y lograr publicaciones científicas. Por lo que, deseo agradecer al Vicerrectorado de Investigación por contribuir tanto en mi desarrollo”, señaló.
Es por esta razón que Gabriel destaca a la investigación científica como el pilar fundamental de cualquier institución educativa superior.
“Es indispensable orientar a los estudiantes a través del método científico y el desarrollo de investigaciones como parte de su formación académica” desde el pregrado, afirmó.
Gabriel pretende continuar con su desarrollo académico para, eventualmente, poder convertirse en un investigador reconocido por sus aportes al conocimiento en materia ambiental.
El dato
En setiembre de este año, el Concytec destacó su trabajo y lo reconoció como Investigador Distinguido. Además, ha sido acreedor de una beca doctoral en la Universidad de Queensland, en Australia, para cursarla en abril de 2023.