Investigadores peruanos advierten que hasta el 22.1 % de adultos vive con obesidad clínica.

USIL Más de 17 millones de peruanos tendrían obesidad clínica o preclínica en 2025

La obesidad en el Perú es más compleja de lo que muestran las cifras oficiales. Un estudio publicado en The Lancet Regional Health – Americas, basado en un análisis de las Encuestas Demográficas y de Salud (ENDES 2021 al 2023), advierte que entre el 28.7 % y el 53.8 % de los adultos presenta obesidad preclínica, mientras que hasta el 22.1 % vive con obesidad clínica.

Según proyecciones demográficas, si la tendencia se mantiene, en 2025 más de 17 millones de personas cumplirán alguno de estos criterios: 12,6 millones con obesidad preclínica y 5,1 millones con obesidad clínica.

El análisis, sustentado en más de 84,000 encuestas, cuestiona el uso exclusivo del índice de masa corporal (IMC) como herramienta diagnóstica. Aunque útil para clasificar el peso, este indicador no refleja la distribución de la grasa ni su impacto en órganos y funciones. Esa limitación, explicaría por qué muchas personas en riesgo no son detectadas a tiempo.

De hecho, hasta un 13.5 % de personas con IMC “normal” y un 21 % con sobrepeso fueron clasificadas con obesidad clínica al considerar la circunferencia de cintura y la presencia de enfermedades como hipertensión o diabetes.

“La obesidad es exceso de grasa corporal y uno de los principales factores de riesgo para diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer”, recuerda la Mg. Lorena Saavedra García, docente investigadora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Ignacio de Loyola.

Un nuevo marco para clasificar la obesidad

La Comisión de The Lancet Diabetes & Endocrinology plantea diferenciar la obesidad preclínica, entendida como exceso de grasa sin enfermedad asociada, y la obesidad clínica, que combina adiposidad y condiciones como diabetes o hipertensión.

Este nuevo marco incluye medidas como la circunferencia de cintura y la relación cintura-talla (WHtR), más precisas para detectar riesgos metabólicos.

Diferencias por sexo y etnicidad

El estudio encontró que las mujeres presentan mayor prevalencia de ambas formas de obesidad y que los patrones varían por etnicidad: las quechua-aimara registran valores de cintura y cintura-talla más bajos que afroperuanos y mestizos.

Además, las trayectorias de acumulación de grasa difieren según edad y grupo étnico. En las mujeres quechua-aimara, los picos de grasa abdominal se alcanzan más temprano y tienden a disminuir con la edad; mientras que, en afroperuanas y mestizas, el aumento es más gradual.

Consecuencias para la salud pública

Los investigadores sostienen que confiar solo en el IMC subestima el riesgo real, por lo que incluir indicadores de grasa abdominal y condiciones metabólicas permitiría diseñar políticas y programas de prevención más precisos.

También señalan que el carácter multiétnico del Perú hace urgente establecer puntos de corte propios y adaptados a la diversidad local. De lo contrario, una parte importante de la población seguirá invisibilizada en las estadísticas oficiales.

En esa línea, Saavedra subraya que reconocer la obesidad clínica como una condición diagnosticable tendría consecuencias directas en la atención médica, pues permitiría priorizar intervenciones farmacológicas o quirúrgicas basadas en la disfunción orgánica —y no únicamente en el IMC—, además de promover tratamientos oportunos que eviten complicaciones irreversibles.

El dato

El análisis transversal utilizó datos representativos de las encuestas ENDES que incluyeron a 84,622 adultos de 20 años a más. Lea el estudio completo en este enlace.