Investigación conjunta de Universidad de Grenoble Alpes y USIL publicará resultados en revista científica.

Los criterios actuales de diagnóstico de la anemia en el Perú podrían sobrestimar su prevalencia en poblaciones que viven a gran altitud, revela una investigación conjunta desarrollada científicos de la Universidad de Grenoble Alpes, de Francia, y de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), de Perú.
El Dr. Gustavo Gonzáles, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la USIL y uno de los integrantes del equipo conjunto de investigadores de este estudio realizado durante el último año, explicó en entrevista con la Agencia de Noticias Andina que según la información recogida en poblaciones de La Rinconada y Juliaca (Puno), Arequipa y Lima, el nivel de hierro es adecuado y no está alterado en la población infantil e incluso adulta que vive en esas zonas.
Recordó que, en marzo de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) modificó los ‘puntos de corte’ del análisis de la hemoglobina para definir la presencia de anemia en niños de 6 a 23 meses y en la población que vive en altura con una nueva ecuación.
“Eso ha determinado que, sin ningún tipo de intervención, la anemia caiga 20 puntos, lo cual nos revela que los puntos de corte que se tenía y que no eran correctos han estado diagnosticando anemia de manera incorrecta en muchas partes de la población y, como consecuencia de ello, la población supuestamente afectada con anemia ha estado recibiendo tratamiento sin necesitarlo”, aseveró.
Gonzáles sostuvo que, según la recomendación de la OMS sobre la nueva metodología de diagnóstico, se debe cambiar la medición de la hemoglobina con hemoglobinómetro por la medición de marcadores corpusculares en la sangre utilizando un hemograma automatizado, que permite evaluar no solo la posible deficiencia de hierro sino también la inflamación, la deficiencia de vitamina B12 o de folatos que correlacionan bien con los marcadores corpusculares del hemograma.
Comentó que el costo del hemograma automatizado es similar al que demanda la obtención del valor de la hemoglobina utilizando el hemoglobinómetro. “Lo que se necesita es implementar el hemograma automatizado en el primer nivel de atención como postas y centros de salud. Según la literatura clínica, se cuenta con hasta tres días para llevar las muestras de sangre tomadas en zonas rurales y alejadas hasta los centros de salud que cuenten con un equipo automatizado. Ahora la tecnología ayuda mucho porque ha avanzado bastante y es posible tener acceso a estas mediciones. Esto va a ayudar mucho en tener más información para identificar mejor la causa de la anemia”, manifestó.
El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la USIL consideró que con solo medir la hemoglobina no se puede determinar la anemia. “Todavía se asume que la baja en la hemoglobina indica anemia y eso implica dar suplementación de hierro. Esa es la ecuación que se usa actualmente en nuestro país. Pero estamos viendo que esa ecuación no es la adecuada”, dijo.
Argumentó que la ecuación que permite determinar mejor la afectación por anemia en la población, sobre todo infantil, debe considerar no solo la deficiencia de hierro, sino también la de otros nutrientes como las proteínas, que transportan hierro a la circulación sanguínea. Pero también la anemia puede responder a procesos inflamatorios provocados por enfermedades como la parasitosis que evita la absorción de hierro por el organismo, así como la deficiencia de vitamina C, que favorece la absorción de hierro.
“Se trata de todo un análisis integral y ya la OMS publicó un informe en 2023 señalando que la evaluación de la anemia debe considerar el acceso al agua potable y desagüe a toda la población porque ello contribuye a reducir diez puntos la prevalencia de anemia en cualquier país. Por lo tanto, se requiere un manejo más estructural de este problema de salud pública”, enfatizó.
En ese sentido, Gonzáles destacó una reciente publicación en el American Journal of Hematology, elaborada junto con el Dr. Vergès, donde se menciona al detalle este tema.
Gonzáles sostuvo que un avance de los resultados de esta investigación conjunta de la USIL y la Universidad de Grenoble Alpes fueron divulgados recientemente en una presentación realizada en el Congreso Internacional de la Academia Nacional de Medicina, que tuvo lugar en la ciudad de Arequipa, del 28 al 30 de agosto.
También se difundieron en la conferencia magistral que brindó el Dr. Samuel Vergès en la Universidad San Ignacio de Loyola, y en una mesa redonda sobre la anemia y la fortificación de alimentos con hierro, organizada por la Embajada de Francia y realizada en la sede del Colegio Médico del Perú.
“Felizmente, tenemos buenas relaciones con el Viceministerio de Salud Pública del Ministerio de Salud, al que constantemente estamos comunicando nuestros resultados. Lo bueno es que las autoridades de salud están tratando de cambiar la medición de la hemoglobina con hemoglobinómetro por la medición de los marcadores corpusculares utilizando el hemograma automatizado, que permite evaluar no solo la posible deficiencia de hierro sino también la inflamación, la deficiencia de vitamina B12 o de folatos que correlacionan bien con los marcadores corpusculares del hemograma”, manifestó.
Comentó que el costo del hemograma automatizado es similar al que demanda la obtención del valor de la hemoglobina utilizando el hemoglobinómetro. “Lo que se necesita es implementar el hemograma automatizado en el primer nivel de atención como postas y centros de salud. Según la literatura clínica, se cuenta con hasta tres días para llevar las muestras de sangre tomadas en zonas rurales y alejadas hasta los centros de salud que cuenten con un equipo automatizado. Ahora la tecnología ayuda mucho porque ha avanzado bastante y es posible tener acceso a estas mediciones. Esto va a ayudar mucho en tener más información para identificar mejor la causa de la anemia”, acotó.
Estudio sobre la adaptación a la hipoxia en La Rinconada
En otro momento, el decano de la USIL destacó la alianza académica con la Universidad de Grenoble Alpes para generar conocimiento sobre la fisiología humana en condiciones de altura extrema.
En ese sentido, resaltó que La Rinconada, ubicada en el departamento de Puno y considerada la “Ciudad más alta del planeta” por encontrarse entre los 5000 y 5300 metros de altitud, fue escenario de un hallazgo científico que revela cómo la vida en altura extrema transforma la fisiología humana.
“Lo que se encontró en La Rinconada es que hay poblaciones que presentan hemoglobina demasiado alta (mayor de 21 en varones y 19 en mujeres), llamada también eritrocitosis excesiva o exceso de glóbulos rojos en la sangre y que no padecen de mal de montaña crónico”, dijo.
“Los resultados encontrados en los estudios del Dr. Samuel Vergès y su equipo muestran que no todos los casos de eritrocitosis excesiva se asocian a síntomas como el mal de montaña crónico. Se trata de una respuesta del organismo de estas poblaciones a las condiciones de gran altitud con menor disposición de oxígeno en el ambiente”, manifestó.
Comentó que en poblaciones de otras partes del mundo que viven también a gran altitud como la cordillera del Himalaya en Asia, la adaptación de su organismo conlleva a no elevar demasiado la hemoglobina porque ha habido procesos adaptativos genéticos. “Eso hace que con menor hemoglobina la población pueda desarrollarse en esos lugares realizando actividad física y reproduciéndose”, dijo al indicar que según los datos internacionales entre solo entre el 1% y 10 % de la población sufra de mal de montaña crónico.
Agregó que, en el caso de La Rinconada, por tratarse de una ciudad de 50 mil habitantes y en la que muchos proceden de otros lugares altoandinos, los mecanismos de adaptación provocan un aumento de los glóbulos rojos para tratar de llevar más oxígeno a las células. “Pero cuando eso se descuadra y el organismo comienza a producir glóbulos rojos más de la cuenta, la sangre se vuelve más viscosa y ya no lleva el oxígeno adecuadamente y produce esa sintomatología que ha devenido en llamar mal de montaña crónico o enfermedad de Monge”, expresó al señalar que en esta localidad peruana el mal de montaña crónico puede afectar hasta el 30 % de la población.
Consideró que esto se explica por la menor antigüedad de la población de La Rinconada respecto de la población asiática que vive en el Himalaya.
El decano de la USIL afirmó que los síntomas del mal de montaña crónico son cefalea o dolor de cabeza, falta de la respiración, tinitus o zumbido en los oídos, dilatación de las venas, cianosis, insomnio, problemas de memoria, entre otros que se han descrito en consenso en la literatura médica para diagnosticar mal de montaña crónico. Por lo general, este problema de salud afecta en mayor medida a los varones adultos y aumenta conforme avanza la edad.
Estos resultados forman parte de Expedition 5300, investigación sobre la adaptación humana a la hipoxia extrema liderada por el Dr. Samuel Vergès, director de investigación del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM) de la Universidad Grenoble Alpes (Francia).
“La Rinconada es un laboratorio natural único para comprender cómo el ser humano enfrenta la hipoxia extrema”, señaló el Dr. Vergès durante la conferencia magistral titulada Expedición franco-peruana a La Rinconada, realizada el 1 de setiembre como parte del ciclo organizado por la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) con la participación de científicos que han marcado la medicina peruana.
El programa de investigación Expedición 5300, iniciado en 2018 bajo la supervisión del Dr. Samuel Vergès, de la Universidad de Grenoble Alpes-INSERM, Francia, reúne a científicos y médicos franceses de diversas universidades con el objetivo de investigar la (mal)adaptación de los habitantes de las tierras altas andinas a la vida permanente en la altura de La Rinconada, la ciudad más alta del mundo. A lo largo de los años, Expedición 5300 ha desarrollado múltiples colaboraciones científicas con investigadores e instituciones peruanas e internacionales.
Fuente: Agencia Andina.