En los últimos años el uso de la tecnología en el deporte se ha incrementado debido a que ayuda a mejorar el rendimiento de los atletas y facilita la evaluación y resultados de las competencias, tal es así que se usa en el deporte profesional y el amateur.
La tecnología permite tener un control y valoración de los entrenamientos físicos, técnicos y tácticos en tiempo real de los atletas para mejorar su rendimiento, evitar lesiones o para facilitar su recuperación, afirma el Lic. Diomedes García Hilares, jefe del laboratorio de biomecánica del deporte de la Universidad San Ignacio de Loyola.
Por esta razón, “su aplicación va desde la preparación, indumentaria o equipamiento, competencia, arbitraje o jueceo, el desarrollo del deporte y la prevención de lesiones”.
Solo para para entrenar se conjugan ropa, calzado y equipamiento (según sea el deporte). Por ejemplo, un nadador usa un tipo de ropa de baño que le permite tener menos resistencia al agua, pulsómetro, lentes inteligentes; y para no estar solo, audífonos sumergibles.
Aplicada al baloncesto, la tecnología ofrece a los jugadores zapatillas que les ayuda a correr más rápido, saltar más alto y caer más suave con el propósito de evitar lesiones.
Otras opciones que ofrece la tecnología son los marcadores digitales, donde se puede observar el tiempo de posesión, las jugadas, etc.; así como los árbitros disponen de monitores para esclarecer las dudas en las jugadas, lo que podría determinar el resultado de un torneo.
“Estos son algunos ejemplos, pero la tecnología se puede aplicar en todas las disciplinas deportivas”, explica García; sin embargo, precisa que su adquisición depende de la realidad social, cultural y económica de cada país.
Además, advierte que el sistema educativo superior peruano tiene falencias en la formación de los profesionales del deporte o la educación física para manejar esta tecnología.
En Perú, una de las pocas las instituciones que cuenta esta tecnología y profesionales es la Universidad San Ignacio de Loyola, que este año fue organizador del 4.o FISU América 3x3, que reunió a deportistas de 21 universidad de nueve países de América Latina.
Para esta competencia internacional, la USIL puso a disposición su polideportivo, el cual forma parte del Centro Académico de Rendimiento Deportivo e Investigación, el más desarrollado de Latinoamérica.
El centro tiene modernos laboratorios de biomecánica del deporte (equipado con cámaras optoelectrónicas, plataformas de fuerza, de salto, EMG superficial) y de fisiología del ejercicio físico (equipado con ergoespirómetro inalámbrico), un coliseo multideportivo para deportes de combate, gimnasios, polideportivo, piscina semiolímpica y centro de simulación clínica.
El dato:
La USIL es la primera universidad del país en contar con la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, con el propósito profesionalizar el deporte y contribuir a fortalecer el sistema deportivo nacional.