El proyecto incluye doce temas tradicionales y busca consolidar el reconocimiento nacional e internacional de la guitarra cajamarquina como expresión artística.

La Universidad San Ignacio de Loyola, en coordinación con la Guitarrería Peruana, graba “Guitarra Cajamarquina II”, una producción que reúne a doce destacados guitarristas peruanos en homenaje póstumo al maestro Abel Velásquez Zavaleta.
Velásquez, exdocente de la USIL y referente de la guitarra cajamarquina, dedicó su vida a recopilar y difundir el repertorio de su tierra. Desde 2015 rescató danzas, huaynos, marineras, polcas y otros géneros tradicionales que hoy dan origen a este proyecto.
El propósito es preservar su legado y proyectar la guitarra cajamarquina como expresión artística y cultural de relevancia nacional e internacional, fortaleciendo su vigencia y reconocimiento entre nuevos públicos.
Asimismo, la producción rinde homenaje a Ramiro Fernández Bringas, “El Chumán”, violinista admirado por Velásquez, a quien pensaba dedicarle una obra que quedó inconclusa tras su partida.
La dirección del proyecto está a cargo de Jackeline Arias Vargas, de la Guitarrería Peruana, y de Carlos Ramírez Núñez, director de la carrera de Música de la USIL, consolidando un esfuerzo conjunto entre gestión cultural y academia.
La grabación se lleva a cabo en el estudio profesional de la USIL, bajo la dirección del ingeniero de sonido Juan Carlos Estremadoyro, garantizando una calidad técnica y artística de primer nivel.
El repertorio incluye doce temas, entre ellos A las orillas del río Chonta y Legendaria Cajamarca de Ramiro Fernández Bringas, Señorita Cajamarca de Consuelo Saravia Chávarry y Domingo de fiesta de Guillermo Arias.
La participación de reconocidos guitarristas peruanos convierte esta producción en un homenaje a Abel Velásquez, quien consolidó una tradición musical que hoy trasciende fronteras.
Al respecto, Carlos Ramirez Núñez afirmó que el proyecto busca preservar un valioso patrimonio sonoro y promover el reconocimiento de la guitarra cajamarquina como una manifestación artística de gran importancia.
“Es una oportunidad para unir esfuerzos y contribuir al fortalecimiento de la música cajamarquina y peruana”, concluyó Ramírez.