Mi experiencia contribuyendo al monitoreo de los efectos del derrame de petróleo en la Zona Reservada de Ancón. Mi nombre es Alejandro Leiva y soy estudiante de la carrera de Administración y Gestión Ambiental en la USIL.

Más de 12 mil barriles de crudo de petróleo fueron vertidos al mar peruano en la Refinería La Pampilla, propiedad de la multinacional española Repsol. No es de extrañar que los derrames de petróleo tengan un impacto desastroso en el planeta, sabemos que los combustibles fósiles son una de las principales causas del calentamiento global. El costo inconmensurable no es asumido solamente por la empresa petrolera, sino también por las comunidades que ven sus medios de vida afectados y el ambiente, que sufre las consecuencias más graves del desastre. Es imperativo promover el desarrollo sostenible, continuar el proceso de transición hacia fuentes de energías limpias y fortalecer a las instituciones públicas encargadas de fiscalizar operaciones extractivas para evitar que ocurran más desastres como estos en nuestro megadiverso Perú.

Comprender la magnitud del desastre ecológico desde una pantalla de computadora fue difícil, pero sabía que como ambientalista tenía que involucrarme con los esfuerzos de remediación de alguna u otra manera. Fue una grata sorpresa saber que la USIL era una de las universidades peruanas habilitadas para participar en el voluntariado de monitoreo de los efectos del derrame de petróleo en la Zona Reservada de Ancón, organizado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP).

El 15 de febrero me encontré en un bus camino a la Zona Reservada de Ancón junto a 11 de mis compañeros y profesores para participar en este voluntariado y poner en práctica la teoría aprendida. Durante el voluntariado pude participar en rescate de aves afectadas por hidrocarburo en mar y tierra, seguimiento y fiscalización de las empresas contratadas por Repsol para la limpieza del litoral con la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) y georreferenciar el avance del derrame en la Zona Reservada de Ancón.