Los profesionales de la Facultad de Educación de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), reflexionan constantemente sobre el quehacer educativo, debido a ello observan que aún la formación docente a nivel nacional sigue planteando competencias propias de la sociedad industrial del siglo XIX y no a las exigencias de la sociedad del siglo XXI, denominada sociedad del conocimiento.
En tal sentido, solo superaremos este desfase con la implementación del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) en el ámbito educativo, Por lo que es considerado como un reto que debe superar la educación peruana. Es la predominancia del enfoque academicista, que insiste en la mera reproducción de los conocimientos, sin que los estudiantes realicen un análisis previo de los contenidos. Contrariamente la característica principal en la formación de los futuros docentes debe ser desarrollar la capacidad de investigar, procesar y analizar la información para alcanzar el conocimiento. Se añade a esta lista la capacidad de aprender, criticar y cuestionarse permanentemente con la finalidad de responder las demandas cada vez más cambiantes en la sociedad.
Todo esto se puede obtener si no dejamos de lado la formación humanista, tan venida a menos en una sociedad de consumo que promueve el pragmatismo y utilitarismo en la Educación.
Otro tema importante de revisar en la formación docente es el cambio significativo en la práctica educativa colocando al estudiante en el al centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, para ello el docente se convertiría en facilitador de aprendizajes y experiencias, por lo que urge un cambio en la didáctica de enseñanza y aprendizaje.
La vorágine que produce la sociedad del conocimiento exige un mayor estudio de la inteligencia emocional del futuro docente para que entienda y gestione sus sentimientos, para que desarrolle la capacidad de reconocer los sentimientos de los demás como la empatía y el asertividad. El docente debe ser consciente sobre su rol en la sociedad como modelo de aprendizaje, por ello debe ayudar a sus estudiantes a razonar, criticar, contrastar, expresando y regulando las emociones.
Actualmente, las investigaciones científicas relacionadas con la neurociencia brindan amplia información sobre las dos acciones esenciales de la Educación: enseñar y aprender, dicho esto el futuro docente debe conocer las contribuciones científicas para facilitar la comprensión de los procesos cognitivos como la memoria, la atención, el lenguaje, la toma de decisiones, la creatividad y la emoción, entre otros.
Incluir en el currículo de formación docente temas sobre la neurociencia permitirá acercarnos al importante concepto de la “plasticidad cerebral”, que explica cómo los conocimientos y habilidades que adquirimos a lo largo de la vida no son estáticos, sino que se encuentran en constante cambio.
Desde la Facultad de Educación de la USIL, somos conscientes de la relevancia de estos temas trascendentales en la formación de los estudiantes, por ello siempre organizamos actividades y espacios de reflexión donde los futuros docentes reciben una capacitación importante que respondan profesionalmente a las exigencias de la sociedad del siglo XXI.
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