En un mundo en el que por mucho tiempo se ha trabajado bajo una economía lineal, basada en producir, transformar y desechar, ahora se abren paso nuevas oportunidades de negocios, en las que el foco es evitar o disminuir el desperdicio para desarrollar procesos cíclicos.

Esta nueva visión contribuye a reducir el desperdicio alimentario, una problemática a nivel mundial que genera un grave impacto negativo a nivel social, económico y ambiental. Anualmente, se pierde un tercio de la producción de alimentos destinados para el consumo humano, los cuales serían suficientes para alimentar a 2 000 millones de personas, teniendo en cuenta que quienes padecen de hambre en el mundo son alrededor de 820 millones (FAO, 2016). En tanto, en Perú, se desperdicia alrededor de nueve millones de toneladas de alimento al año (Banco de Alimentos 2019), las cuales podrían tener un mejor fin.

El desperdicio alimentario se valoriza en 0.9 trillones de euros al año, con una inversión oportuna de 18 billones de dólares en acciones de prevención, recuperación y reciclaje, que podría generar un rendimiento de 100 billones de dólares en una década. (Deloitte, 2016). En ese sentido, encontramos un sector llamado food waste innovation, en el que se están creando soluciones a partir de dichas acciones.

Según información de Deloitte (2016), las soluciones a nivel de prevención están relacionadas a las acciones que las empresas puedan hacer a nivel de mejoras de packaging, uso de alimentos que pierdan valor comercial, tecnologías de tracking de información desde cultivos, mejoras en el equipamiento, entre otras.

A nivel de recuperación, encontramos soluciones como la redistribución de posibles pérdidas de alimentos entre demandantes y negocios del sector gastronómico, donaciones a bancos de alimentos e, incluso, el llamado upcyling, un modelo de recuperación de alimentos para transformarlos en nuevos productos para consumo humano. Existen varios casos como cervezas hechas a base de pan (toast); o en nuestro país, la empresa Fresko, que desarrolla snacks a base de verduras “imperfectas”.

A nivel de reciclaje, podemos encontrar y promover emprendimientos que trabajen compostaje o transformación en alimentos para consumo animal, hasta uso de material orgánico para convertirlo en energías alternativas como biodigestores.

Estas tres dimensiones nos dan una visión de cómo los nuevos emprendimientos deben tener un enfoque sostenible y contribuir a resolver problemáticas socioambientales, como las ya mencionadas. Y tú, ¿qué opciones propones para transformar el “desperdicio” en oportunidades de negocio?

Sobre Gestión e Innovación en Gastronomía
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Escrito por:

Marco León Cáceres

Egresado de la carrera de Gastronomía y Gestión de Restaurantes de la USIL. Maestro en Ciencias Empresariales con mención en Finanzas por la USIL. Emprendedor socioambiental y CEO & founder de Fresko.