La iniciativa impulsa la creación de alimentos con valor agregado y abre nuevas oportunidades comerciales para productores de Lurigancho-Chosica.

USIL y CESAL capacitan a productores agrícolas de Lima Este

La Universidad San Ignacio de Loyola y la ONG CESAL capacitaron a productores de Lima Este para transformar su materia prima en alimentos con valor agregado, una apuesta que impulsa su autonomía económica y abre nuevas oportunidades comerciales.

La actividad se desarrolló en el marco de Ciudades que alimentan, un programa orientado a construir territorios sostenibles, saludables y resilientes, además de fortalecer las capacidades técnicas de agricultores mediante prácticas agroecológicas adaptadas a su entorno.

Durante cuatro semanas, el docente Yasser Hidalgo y estudiantes de Ingeniería Agroindustrial formaron a agricultores y porcicultores de Lurigancho-Chosica y zonas aledañas, combinando teoría y práctica para mejorar sus procesos productivos.

La capacitación siguió la metodología aprender-haciendo, que integró nociones de buenas prácticas de manufactura con sesiones prácticas para elaborar mermeladas, yogures, encurtidos y embutidos.

En esta fase, cada participante seleccionó un insumo de su actividad productiva y lo transformó paso a paso con acompañamiento técnico del profesor Hidalgo y su equipo, lo que facilitó la validación y mejora de cada propuesta.

Este proceso abrió la puerta a pequeños emprendimientos. Un ejemplo es el de la señora Liduvina, quien desarrolló una mermelada de carambola con potencial comercial.

La iniciativa favorece la diversificación del portafolio productivo, el aprovechamiento de excedentes y la reducción de pérdidas, factores clave para incrementar ingresos y fortalecer la resiliencia del sector agrícola local.

Los organizadores prevén que los nuevos productos lleguen pronto a ferias y mercados de la zona. A mediano plazo, proyectan un impacto social positivo al fortalecer la autonomía económica y la sostenibilidad de los productores locales.

La alianza permitió usar laboratorios y equipos de procesamiento de la USIL para replicar estándares de la industria alimentaria, además de ofrecer asesoría docente y soporte logístico durante toda la formación.

CESAL complementó este trabajo articulando con los productores y asegurando las condiciones necesarias para impulsar capacidades comunitarias, lo que permitirá dar continuidad a la iniciativa en el territorio.

Con esta experiencia, la Universidad San Ignacio de Loyola reafirma su compromiso con la educación aplicada y el desarrollo de comunidades, contribuyendo a generar soluciones que mejoran la calidad de vida y fortalecen el tejido productivo del país.