Sin duda, en la actualidad, las tecnologías de información se han constituido en el activo principal de las compañías. Desde las fuentes de los datos, su extracción, modelamiento y explotación en: reporting, analytics, exploración de datos, entrega de información a aplicativos, text mining, social analytics, etc. Las organizaciones buscan establecer modelos y patrones para sus estrategias comerciales, de operaciones, buscando incrementar su productividad y alcanzando metas de rentabilidad.
Desde tal perspectiva, Mujica (2000) considera que el avance tecnológico de la informática, la computación y las telecomunicaciones, incorporaron en las organizaciones un enfoque diferente al habitual para acceder al conocimiento, flexibilidad, interactividad, economía, rapidez, independencia, comunicación y desarrollo. De esta manera, las tecnologías de información se vuelven esenciales para incrementar la productividad de las compañías y la gestión de la calidad de sus procesos.
Sin embargo, la adopción de las tecnologías de información en las compañías debe comenzar por un proceso de revisión de su cultura organizacional, visión y misión, ya que las tecnologías son el medio que, utilizado con pertinencia, pueden optimizar los procesos de la compañía.
El cambio tecnológico, sostiene Porter (2000) por su parte, no es importante por sí mismo, pero es fundamental si afecta la ventaja competitiva y la estructura del sector donde opera. No todo cambio relacionado con este enfoque es estratégicamente benéfico, puede empeorar en muchas ocasiones la posición competitiva de la organización y lo atractivo de la fracción involucrada, lo que sin duda amerita una planificación, organización, dirección y control de la gestión tecnológica, con el firme propósito de evaluar la inclusión e impacto de las tecnologías en el marco empresarial (Cano – Pita 2017).
En este proceso de cambios tecnológicos, principalmente de tecnologías de información en las organizaciones, se requiere la formación de ingenieros que puedan liderar el proceso de articulación entre la arquitectura del modelo de negocios con la arquitectura de información de la compañía.
Así, en la Universidad San Ignacio De Loyola formamos ingenieros empresariales para gestionar el proceso de adopción eficiente de las tecnologías de información en las compañías. El ingeniero empresarial de la USIL es el profesional experto en vincular, de forma eficaz, dos ámbitos cruciales en el siglo XXI: los negocios y las tecnologías de la información. Un ingeniero capaz de optimizar y transformar los procesos empresariales a través de la gestión de las tecnologías de información y las innovaciones en las organizaciones.
Fuentes de investigación:
Galo E. Cano – Pita. “Las Tic´s en las empresas: Evolución de la tecnología y cambio estructural en las organizaciones”. Enero de 2019. Pág.: 499 – 510.