Se analizaron estudios realizados en adultos de diferentes países y se concluyó que efectos son débiles y contradictorios.

Es muy frecuente observar en plataformas digitales y redes sociales a diversas personas que recomiendan el uso de la hidroxicloroquina o cloroquina como tratamiento profiláctico contra la COVID-19. Sin embargo, una investigación de la Universidad San Ignacio de Loyola confirma lo contrario: el uso de ambos fármacos en pacientes adultos afectados por el virus “es muy débil y contradictorio”. 

El estudio analizó 23 estudios: 4 ensayos controlados aleatorizados, 10 estudios de cohortes y 9 series de casos, realizados en China, Estados Unidos, Europa y Medio Oriente sobre eficacia o seguridad del uso de hidroxicloroquina o cloroquina en cualquier entorno en adultos con sospecha de COVID-19 o con riesgo de infección.

La evidencia fue contradictoria e insuficiente respecto al efecto de hidroxicloroquina en mortalidad de cualquier causa, progresión a enfermedad severa, síntomas clínicos y negativización virológica de las vías respiratorias superiores.

Varios estudios encontraron que los pacientes que recibieron hidroxicloroquina desarrollaron intervalo QTc prolongado (es decir 500 ms o más), pero la proporción de estos pacientes varió entre estudios.

Dos estudios evaluaron la eficacia de cloroquina: un ensayo controlado aleatorizado comparó dosis alta (600 mg dos veces al día por 10 días) con dosis baja (450 mg dos veces el día 1 y una vez al día por 4 día) y fue parado debido a que la dosis alta incrementó mortalidad y prolongación del intervalo QTc. Un estudio de cohortes comparó cloroquina 500 mg una o dos veces al día con no recibir cloroquina y encontró pequeños beneficios de resolución de fiebre y negativización virológica.  
 
El estudio concluyó que hay evidencia insuficiente y a menudo contradictoria, por lo que es imposible determinar el balance de beneficios a daños del uso de estos fármacos. 

El estudio fue realizado por el investigador USIL Adrián V. Hernández, quien es coordinador de la Universidad de Revisiones Sistemáticas y Meta-análisis, Guías de Práctica Clínica, y Evaluaciones de Tecnologías Sanitarias (URSIGET), Yuani M. Román, Vinay Pasupuleti, Joshuan J. Barboza (Rotante URSIGET) and C. Michael White.

El estudio Hydroxychloroquine or Chloroquine for Treatment or Prophylaxis of COVID-19: A Living Systematic Review fue publicado en Annals of Internal Medicine, el 18 de agosto de 2020 (https://www.acpjournals.org/doi/10.7326/m20-2496).

La revisión sistemática tuvo tres actualizaciones, la última el 21 de octubre de 2020 donde se describieron 10 ensayos controlados aleatorizados y 22 estudios de cohortes en total para hidroxicloroquina. No hubo efectos significativos en desenlaces clínicos o intermedios en comparación a placebo o no recibir hidroxicloroquina (https://www.acpjournals.org/doi/10.7326/L20-1257).

Sobre la investigación, el Dr. Adrián Hernández comentó que “nuestro estudio permitió a instituciones públicas de EE. UU., como la Food and Drug Administration (FDA), y de Europa, como la European Medicines Agency (EMA), recomendar contra el uso de hidroxicloroquina para el tratamiento de personas con COVID-19. Adicionalmente en otro estudio hemos evaluado los efectos de hidroxicloroquina como profilaxis y no encontramos ningún efecto previniendo COVID-19”.

La investigación forma parte de los más de 200 artículos científicos indizados en la base de datos Scopus por la USIL, con el objetivo de generar aportes positivos a la sociedad.

Más del 85% de las publicaciones realizadas por docentes, colaboradores y alumnos USIL corresponden a artículos originales y cerca del 30% han sido incluidos en revistas de clasificación Q1, por encontrarse en el rango de las de mayor impacto. 

La vicerrectora de Investigación de la USIL, Ana María Muñoz Jáuregui, destacó que estas publicaciones le permiten a la universidad mantenerse en uno de los principales rankings a nivel mundial, el Scimago Institutions Rankings, que evalúa la producción en investigación de las universidades e instituciones en todo el mundo.

Agregó que tras incrementar su presencia en Scopus durante el año 2020, la USIL se consolida como una institución generadora de conocimiento científico, que promueve la búsqueda de nuevos conocimientos y forja resultados innovadores y con impacto social.

El dato:
Scopus es una de las bases de datos científicas más importantes del mundo. Cuenta con 18,000 títulos aproximadamente y más de 16,000 revistas indizadas de áreas de medicina, tecnología, ciencias, artes, humanidades y ciencias sociales.