Se encontró acumulación de poliestireno en playas Yuyos, Sombrillas, Agua Dulce y Pescadores debido al mal uso de envases descartables.

Las Playas Yuyos, Sombrillas, Agua Dulce y Pescadores arrojaron índices variados, pero preocupantes de acumulación de microplásticos en sus arenas debido a la proliferación de envases descartables de todo tipo que arrojan los usuarios.

Este problema de contaminación medioambiental fue analizado y medido en dos estudios realizados por investigadores de la Universidad San Ignacio de Loyola con el objetivo de determinar el grado de contaminación existente y el riesgo a la seguridad alimentaria y la salud humana. 

La contaminación por plástico es uno de los problemas ambientales globales más graves de los últimos años, que daña especies y hábitats marinos muy valiosos, y causan importantes impactos económicos al afectar la pesca, el turismo y la navegación.

En el mundo, cada año se generan más de 300 millones de toneladas de residuos plásticos, de las que 8 millones de toneladas terminan en los océanos, según la Fundación Ellen MacArthur, que estima que, de seguir a ese ritmo, en 2050 habrá más plástico que peces en el océano.

En Perú, el Ministerio del Ambiente estima que al año se usan aproximadamente 30 kilos de plástico por ciudadano, siendo Lima Metropolitana y el Callao las que generan el 46% del total nacional, con 886 toneladas de residuos plásticos al día.

Playas con microplásticos
El primer estudio se realizó en base a un muestreo en las zonas intermareal y supralitoral de las playas Yuyos, Sombrillas, Agua Dulce y Pescadores. En cada una de ellas se registró la abundancia, tipo, tamaño, color y distribución de microplásticos acumulados en la orilla.

Los resultados indicaron que todas las playas muestreadas contenían microplásticos que oscilaban entre 1 y 4,75 mm de tamaño. Se extrajeron e identificaron un total de 2089 partículas microplásticos. La mayor abundancia de microplásticos fue en la playa Sombrillas (489,7 ± 143,5 partículas m-2), seguida Agua Dulce (135,0 ± 25,97 partículas m-2), Pecadores (55,0 ± 14,83 partículas m-2) y Yuyos (16,67 ± 4,26 partículas m-2).

En cuanto a los tipos de microplásticos, el 78,3% del total de microplásticos se identificaron como espumas y el 17,38% eran fragmentos, La mayoría de las partículas (54,2%) tenían un tamaño de 1 a 2,8 mm y el restante (45,8%) oscilaba entre 2,9 y 4,75 mm.

En cuanto al color, la mayoría (84,8%) de los microplásticos eran blancos seguido de azul (4,0%), rojo (2,6%), verde (2,2%), amarillo (2,0%) y otros colores (3,2%).


Este estudio fue realizado por Gabriel De la Torre, Diana Dioses Salinas, Jasmín Castro, Rosabel Antay, Naomy Yupanqui Fernández, Dante Espinoza Morriberón y Miguel Saldaña Serrano; y fue publicado con el título Abundance and distribution of microplastics on sandy beaches of Lima, Perú, en la revista Marine Pollution Bulletin.

El segundo estudio se enfocó en revisar la evidencia global de contaminación por microplásticos en los mariscos y su impacto en las especies comerciales y la seguridad alimentaria.

Este estudio fue realizado por el investigador de la Facultad de Ingeniería de la USIL, Gabriel De la Torre, publicado en la revista Journal of Food Science and Technology bajo el título Microplastics: an emerging threat to food security and human health.

De acuerdo con el estudio, las principales fuentes de exposición humana a los microplásticos son la inhalación, la ingestión y el contacto con la piel. Esta exposición variaría significativamente en cada región. Por ejemplo, los consumidores europeos de marisco ingerían alrededor de 1800 a 11,000 microplásticos al año. 

El estudio concluye que la contaminación por microplásticos en los entornos marinos supone un riesgo para la seguridad alimentaria y la salud humana, pues las investigaciones han demostrado la presencia de microplásticos en los mariscos y los alimentos en todo el mundo, lo que significa que siempre estamos expuestos a la ingestión de microplásticos. 

Estas investigaciones también han demostrado que otros compuestos químicos presentes en los plásticos o adheridos a microplásticos podrían convertirse en cancerígenos, mutagénicos y disruptores endocrinos después de ser ingeridos.

A pesar de esta información, el investigador precisa que se sabe poco sobre los efectos directos en la salud humana, por lo que recomienda que investigaciones futuras se centren en las técnicas de seguimiento de los microplásticos a lo largo de la cadena de suministro.

El dato:
En el mundo se utilizan 5 billones de bolsas al año y, según un reporte de la ONU (2017), a nivel mundial el 50% del total de residuos plásticos son plásticos de un solo uso.