En conversatorio por el Día del Psicólogo Peruano, expertos analizaron el impacto de la IA, la formación profesional y la necesidad de adaptar la psicología a la diversidad cultural del país.

USIL Psicología

En el marco del Día del Psicólogo Peruano, la carrera de Psicología de la Universidad San Ignacio de Loyola organizó el conversatorio "Psicología en el Perú: identidad, barreras y oportunidades", con especialistas del ámbito académico y profesional que analizaron los retos y proyecciones de la disciplina.

Durante el evento, se abordaron los desafíos que enfrenta la psicología en el país, como la escasez de profesionales, la falta de ambientes adecuados para la atención y la necesidad de contar con especialistas en diversas áreas como la psicología educativa, organizacional y digital.

El Dr. Vicente Mendoza subrayó que la psicología educativa responde a una necesidad social concreta, y que cada universidad debe perfilar a sus egresados según las demandas culturales y sociales del país. “El psicólogo debe entender la realidad de la población para poder intervenir con pertinencia”, afirmó.

Sobre la inteligencia artificial (IA), comentó que aún se encuentra en una etapa inicial y no puede reemplazar al ser humano, ya que carece de emociones y capacidad de decisión, por lo que debe entenderse como una herramienta que puede contribuir al desarrollo humano, dependiendo del uso que se le dé.

En el plano ético, resaltó que las decisiones personales se toman con base en nuestros valores y que, pese a las influencias externas, nadie puede hacernos actuar en contra de nuestra voluntad.

También señaló que las pruebas psicológicas deben adaptarse a las particularidades de cada región del país.

Mendoza recomendó a los estudiantes practicar en las distintas áreas de la psicología antes de elegir una especialidad. Además, subrayó la importancia de actualizarse constantemente, sobre todo en temas vinculados a la tecnología, como la ciberpsicología, que empieza a ganar relevancia.

El Mg. Edgardo Llerena coincidió en que la IA no sustituirá al ser humano. Añadió que para mejorar la atención psicológica también se requiere voluntad política, y que las universidades deben formar profesionales con una base sólida, tanto teórica como práctica, para un desempeño efectivo.

Recordó que la salud es un concepto integral que incluye lo físico, mental y social. Sin embargo, advirtió que en la práctica profesional muchas veces se exige atender bajo presión de tiempo, lo que afecta la calidad. Por ello, recomendó centrarse en el bienestar de las personas, más allá del número de consultas.

También indicó que las intervenciones deben adaptarse a la identidad peruana, proceso que aún está en desarrollo. En ese sentido, instó a los estudiantes a explorar distintos campos para tomar decisiones informadas y formar un perfil profesional coherente con las necesidades sociales.

La Mg. Leydee Rosado resaltó que la formación en psicología organizacional debe incluir el enfoque cultural, para responder de manera inclusiva a la diversidad del país. Señaló que las buenas prácticas deben ser contextualizadas, ya que no todas se ajustan a la diversidad regional del país.

Explicó que la IA ha reducido tiempos en procesos como la selección de personal, pero la revisión humana sigue siendo necesaria. “Hoy incluso se solicita a los postulantes enviar videos para que la IA analice el comportamiento, pero el juicio final recae en las personas”, detalló.

Sobre el ejercicio profesional, afirmó que los principios éticos deben guiar todas las decisiones. Criticó los tiempos reducidos para evaluaciones psicológicas y recomendó priorizar la calidad. Dijo que “el psicólogo debe desarrollar empatía y ponerse al servicio del ser humano”.

Finalmente, el Dr. Sergio Domínguez advirtió que, aunque ciertas actividades pueden automatizarse con IA, los resultados no siempre son confiables. Recordó que los dilemas éticos no solo se presentan en grandes instituciones, sino también en espacios pequeños como un aula o consultorio.

El conversatorio cerró con un llamado a fortalecer la formación profesional, la ética y la integración tecnológica, sin perder el enfoque humano que define a la psicología como una herramienta clave en la construcción de una sociedad más sana.