Según el estudio de Estimación de la brecha de infraestructura de largo plazo 2019-2038, existe actualmente un déficit en infraestructura básica valorizada en 145.600 millones de dólares. Este monto corresponde a inversión necesaria en los sectores de transporte, saneamiento, salud, telecomunicaciones, irrigación, electricidad, agua potable y educación para cubrir lo que nos falta para llegar a un objetivo mínimo de desarrollo.

Adicionalmente, según la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú (ADIPERU) y el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, existe déficit en vivienda, tanto en cantidad como en calidad, la cual se estima en un millón de unidades. La construcción de viviendas nuevas no alcanza para reducir el déficit, sino para mantenerlo.

Lo anterior demuestra que es indispensable la inversión tanto en vivienda como en infraestructura para sustentar el desarrollo de nuestro país.

Sin embargo, en los últimos 20 años, la construcción en provincias ha tenido niveles nunca antes vistos. En mi experiencia en el rubro de servicios a la construcción, he participado en la construcción de centros comerciales, centros de entretenimiento, condominios de viviendas, fábricas, e inversión minera e industrial importante en casi todas las regiones del país, especialmente en las capitales de provincia que adolecían de este tipo de infraestructura comercial y de vivienda. Esto, aparte de la construcción de obras públicas como carreteras, puentes, hospitales y colegios.

Estas obras han satisfecho una necesidad, han brindado bienestar y han provisto de oportunidades de trabajo a gran cantidad de personas, siempre bajo la óptica que la construcción arrastra a muchas industrias en el consumo de materiales e insumos.

En estos proyectos de construcción, se ha podido demostrar el potencial de nuestra ingeniería y de nuestra fuerza de trabajo, pero también la falta de capacidad de suministro de equipos de servicio a la construcción a nivel local. La gran mayoría de proyectos requirieron equipos que no estaban disponibles en sus localidades. Equipos modernos como grúas torre, elevadores, plantas de concreto, encofrados y andamios industrializados tuvieron que proveerse desde Lima, incrementando así el costo y el riesgo del proyecto.

Si bien la pandemia ha ralentizado nuestra economía, la necesidad de infraestructura pública y privada continua, tanto en la capital como en las provincias del interior del país. Se han hecho proyectos e inversiones que se han atendido satisfactoriamente, y se seguirán haciendo. El reto está en que la ejecución de proyectos sea sostenible en el tiempo para que las empresas proveedoras de servicios a la construcción puedan considerar el mantener equipos de manera permanente fuera de la capital para atender proyectos locales.

Fuentes:

  • Brecha de infraestructura en el Perú: estimación de la brecha de infraestructura de largo plazo 2019-2038 / José Luis Bonifaz, Roberto Urrunaga, Julio Aguirre, Paulo Quequezana ; coordinadores técnicos, Cinthya Pastor, Juan Pablo Brichetti.

https://www.confiep.org.pe/confiep-tv/cerrar-la-brecha-de-viviendas-en-el-peru/

Escrito por:

Guillermo Zevallos Rospigliosi
Director (i) de la Carrera de Ingeniería Civil. Coordinador Académico de la carrera desde agosto 2015.