En el 2000 se realizó la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, donde los Estados se comprometieron a trabajar por la paz y el desarrollo humano aprobándose los ocho Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales tuvieron un impacto importante en nuestra sociedad global.
En 2012 se llevó a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20). Las conclusiones a las que llegaron los líderes del mundo, según indica Sachs (2015), fue que el diagnóstico realizado en 1972 era el correcto respecto al impacto ambiental negativo que sufriría nuestro planeta. No se llegaba a resolver la compatibilización del desarrollo económico con la inclusión social y la sostenibilidad medioambiental y, más bien, se agravaba.
El Futuro que Queremos es el documento final de la Conferencia en el que se indica lo siguiente, en el punto 246: “Reconocemos que la formulación de objetivos también podría ser útil para la puesta en marcha de medidas concretas y coherentes sobre el desarrollo sostenible”. Se reconoce la importancia de establecer objetivos de acuerdo con la experiencia previa con los ODM y, de esta manera, se originan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados en 2015.
Adicionalmente, en el 2000, las Naciones Unidas promueven el Pacto Mundial (Global Compact), iniciativa con el objetivo de que las empresas alineen sus estrategias y operaciones a diez principios relacionados a los derechos humanos, el trabajo, el medioambiente y la anticorrupción. Luego, al aparecer los ODS, el pacto mundial promueve que las empresas contribuyan a su logro.
Hoy, todos tenemos un compromiso por apoyar la consecución de los ODS, si queremos mejorar nuestra situación planetaria: Gobiernos, organizaciones, empresas y sociedad.
Contribuyendo con las ODS
Como indica Porter, “en lugar de actuar por impulsos bien intencionados o de reaccionar a presiones externas, la empresa puede establecer una agenda positiva de responsabilidad social corporativa que produzca el máximo beneficio social y a la vez ganancias para la empresa”. Sugiere una vista de adentro (del negocio) hacia fuera y trazar el impacto de la cadena de valor.
¿Qué debo hacer para que mi organización contribuya con el logro de los ODS? Una opción es realizar un análisis de materialidad:
- Desarrolla y analiza la cadena de valor de tu empresa, compuesta de todas las actividades que esta realiza para hacer negocios.
- Analiza los impactos ambientales y sociales, positivos y negativos, que generan las actividades de tu cadena de valor.
- Prioriza los impactos a gestionar (recuerda que es importante el feedback de tus grupos de interés).
- Analiza el impacto organizacional que generarán tus decisiones en el ámbito económico, ambiental y social.
- Aplica la estrategia ambiental o social para gestionar los impactos priorizados.
- Analiza con cuál o cuáles de los 17 ODS has contribuido con tus decisiones.
- Finalmente, documenta y comunica el proceso y el resultado. No olvides que es importante medir el cambio cuantitativamente. Por lo tanto, será necesario que desarrolles indicadores.
Hoy es importante que las empresas analicen su materialidad, aquellos aspectos relevantes para la organización y también para sus grupos de interés, lo que permitirá fortalecer la gestión empresarial con enfoque en la sostenibilidad y, por lo tanto, contribuir con los ODS. Tú eliges: continuar con el business as usual (BAU) o tener un enfoque basado en la sostenibilidad.
Fuentes de investigación:
- ONU (s/f). ¿Qué son los ODM?: http://onu.org.pe/que-son-los-odm/
- ONU (2012).
- El futuro que queremos: https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/LTD/N12/381/67/PDF/N1238167.pdf?OpenElement
- Pacto mundial (s/f): https://www.pactomundial.org/wp-content/uploads/2017/11/Flyer-New-Estrategy-GC_2018_.pdf
- Porter, M. & Kramer, M. (2006). Estrategia y Sociedad. El vínculo entre ventaja competitiva y responsabilidad social corporativa.
- Porter, M. (2013). Ventaja Competitiva. Creación y Sostenimiento de un Desempeño Superior. 13º ed. México.
- Sachs, J. (2015). La era del desarrollo sostenible: nuestro futuro está en juego: incorporemos el desarrollo sostenible a la agenda política mundial. Barcelona: Ediciones Deusto.