El fenómeno de la globalización es, con seguridad, la causa de muchas de las nuevas tendencias a nivel global, tanto en la política y la cultura, como en el comercio y la economía. En términos estrictos de comercio, la globalización ha sido la principal razón por la que la apertura de mercados se ha vuelto una realidad innegable y, como tal, ha llegado el momento de lograr una profunda convergencia entre los intereses de la industria nacional y los de los decision-makers (ergo, los grupos de influencia que, de alguna manera u otra, tienen poder de injerencia en las decisiones gubernamentales).
El Perú es un país que, desde hace siglos, sea como el centro del imperio del Tahuantinsuyo o como la capital del Virreinato, se ha desarrollado siempre en un entorno comercial entre naciones. Hoy en día, esa característica que siglos atrás, le significó al Perú un rol preponderante en el desarrollo histórico de la región, ahora lo convierte en un punto geográfico importante y un mercado interesante para los extranjeros. Siendo esta la situación peruana, se puede asumir que no es el incentivo al ingreso de capital extranjero el verdadero reto para este país, sino la convergencia entre los intereses de los industriales nacionales y los de los decision-makers.
Un ejemplo de este reto es, sin lugar a dudas, el contexto en el que se viene desarrollando la industria textil peruana. Desde el 2007, año en el que iniciaron (o al menos se dieron a conocer) las negociaciones entre los gobiernos de la República del Perú y de la República Popular China, para la firma de un Tratado de Libre Comercio, el ambiente entre los miembros de la industria textil se colmó de una incertidumbre que, en muchos casos, fue canalizada en movilizaciones, quema de productos chinos e incluso ataques a personajes chinos tan importantes como Jack Ma, fundador de Alibaba.
"Teniendo en cuenta todas estas consideraciones previas, es el objetivo de este artículo, tratar de responder a un cuestionamiento que de manera directa, engloba el reto mencionado líneas arriba: '¿Es realmente China, una amenaza para la industria textil peruana?'"
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en su publicación sobre el desarrollo de la producción en la industria textil del 2007 al 2012, muestra que el ingreso de China no mermó, en términos reales, la producción nacional de textiles. Por ejemplo, en los casos de la producción del rubro hilos e hilados sintéticos y artificiales, se puede encontrar que desde que se inició el proceso de negociaciones para el TLC, la producción aumentó de 4 431 toneladas métricas en 2007 a 4 752 toneladas métricas en el siguiente año.
Para el año 2009, esta última cifra se vio reducida a 4 508, lo que lleva a una consecuencia lógica: el año de la firma del TLC (2009) se redujo la producción de hilos e hilados sintéticos y artificiales. Sin embargo, al realizar una lectura más profunda, se aprecia que incluso, con la incertidumbre que rodeaba el proceso y que causó esta reducción, la producción durante el año 2009, siguió siendo mayor que la del 2007.
Este crecimiento de la producción, no solo continuó sino que, para el 2011, superó con creces (4 900 toneladas métricas) la cifra obtenida en el 2008. Esta tendencia, se repite también en todos los productos incluidos dentro del sector “Hilatura, tejedura y acabados de productos textiles” generando un patrón. Vale decir, en los tejidos de algodón, los tejidos mixtos, los hilos e hilados de algodón, hilos e hilados de pelos de alpaca, e hilos e hilados de algodón y mezclas, la dinámica de la producción entre los años 2007, 2008, 2009 y 2011, es exactamente igual a la detallada anteriormente. Esto permite considerar una única conclusión lógica: no es el ingreso de los textiles chinos al mercado peruano un peligro real para la industria textil en Perú, el verdadero problema, sino la percepción de lo que estos productos significan para la industria. La evidencia es clara, la producción de textiles creció durante la etapa de negociación, firma, ratificación y aplicación del TLC.
A pesar de ello, lo desarrollado anteriormente, los reclamos por parte de los miembros de la industria textil continuaron y forzaron a que en el 2013, INDECOPI aplicara medidas antidumping a 5 tipos de prendas chinas. Incluso, con estas medidas antidumping, la industria textil peruana, según datos oficiales de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (COMEX Perú), se redujo en un promedio de 7.6 % anual desde el 2012.
Entonces, si con la firma del TLC entre Perú y China no hubo ninguna reducción significativa, pero desde el 2012 en adelante, inclusive con aplicación de medidas antidumping, sí se ha sufrido una disminución paulatina que ha ocasionado un gran problema en la industria, ¿qué es lo que realmente está afectando a la industria textil? La respuesta es sencilla y no se encuentra en el ingreso de los textiles chinos al mercado peruano, sino en los mercados de destino de los textiles peruanos.
Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Colombia y Chile son los principales mercados de destino de las exportaciones de textiles peruanas desde hace ya más de un lustro. Estos cinco mercados representan el 80.3 % de nuestras exportaciones de textiles y, lógicamente, nuestra industria depende en gran medida de ellos. Sin embargo, según los datos del Centro de Comercio Internacional (COMTRADE), el crecimiento de nuevos proveedores de textiles como Nicaragua, Guatemala y Bangladesh, han desplazado a los textiles peruanos de sus principales mercados de destino causando el conato de crisis en la industria que en la actualidad se vive.
El año pasado el mundo fue testigo del Brexit, la elección de Trump y la victoria del "no" en los tratados de Paz en Colombia; un grupo de acontecimientos -que si estudiamos estrictamente sus números-, no había forma de que sucedan. Sin embargo por haber priorizado lo cuantificable y dejado que éste desplace al aspecto cualitativo a un segundo plano, sorprendieron los resultados de este grupo de decisiones que no eran las proyectadas.
Como siempre, la política con la economía, y los contextos internacionales con los domésticos van de la mano. Y el hecho que, a pesar de que los números digan lo contrario, el común denominador en el presente caso de los textiles, es por parte de los peruanos, el culpar al TLC Perú-China por un tropiezo de la industria textil, solo demuestra una vez más que lo cuantitativo y lo cualitativo no deberían hacer un "juego de suma cero", sino que deberían ser complementarios para poder tomar las mejores decisiones.
Por tanto, se puede concluir que no es China con sus subvenciones y su juego de exportación al borde de la línea del dumping lo que realmente ha afectado al sector industrial peruano, sino la falta de un diferenciador competitivo del producto peruano con respecto a los extranjeros lo que realmente está golpeando a la industria textil del Perú. Las medidas antidumping a China, no van a lograr un cambio profundo en esta situación en la industria textil, por el contrario, una mejora en la calidad del producto y una mejor estrategia de ingreso a nuevos mercados, sí ayudará a hacer crecer a la industria textil peruana y a recuperar sus mercados de destino.