Las relaciones internacionales (RRII) están comprendidas dentro de las Ciencias Sociales y Ciencias Políticas. Su objeto de estudio yace en el análisis de las relaciones internacionales entre naciones soberanas en asuntos políticos, económicos, sociales, diplomáticos, entre otros. Asimismo, se enfocan en la observación, el análisis y el estudio del papel de la organizaciones internacionales y no gubernamentales, así como el de las corporaciones transnacionales.
El internacionalista que decide emprender el largo viaje de las RRII no necesita tener dotes naturales o talento innato para emprender en el mundo. Sin embargo, hay un elemento que debe ser básico y fundamental para cualquiera: el hambre de conocimiento. Las relaciones internacionales están en constante evolución, no son estáticas, conforme el mundo se desarrolla, estas lo hacen.
El 11 de setiembre marcó un antes y un después en la historia del mundo, así como lo está haciendo la pandemia en la cual nos encontramos ahora. Es debido a esto que el hambre de conocer y entender qué es lo que pasa, debe ser fundamental, una cualidad que todos tenemos. El ser humano es curioso por naturaleza; sin embargo, un internacionalista debe desarrollar este hambre y curiosidad por conocer el mundo como un músculo en el cuerpo. Es la herramienta que nos va a permitir conocer diferentes perspectivas, comprender el porqué de los hechos, así como sus consecuencias. Cada evento, teoría, tratado, resolución, etc., todo tiene un impacto. Como internacionalistas, es un deber querer entender por qué más que el cómo. Y una vez desarrollen esta pasión por conocer, el entender las relaciones internacionales va a ser tan fácil como respirar.
Por otro lado, de la mano con el hambre de conocimiento, es de suma importancia considerar que nadie tiene la verdad, sobre todo con la teoría. Es muy importante conocer las teorías y aplicarlas en las situaciones que se estudian a través de la historia y en el acontecer global, pero no es útil ponerle etiquetas de “realista”, “liberal”, “constructivista”, entre otras. Como futuros internacionales tienen que poder identificar prejuicios de otros y entenderlos. Está bien entrar en desacuerdos o acuerdos con paradigmas, pero siempre deben estar abiertos al cambio.
Finalmente, es fundamental que un internacionalista deba reconocer su estatus como actor global. Muchos profesionales, al recién egresar, están tan centrados dentro del entorno académico que se olvidan de su papel como individuo en una sociedad globalizada. Romantizan sus sueños por terminar la carrera, negando el poder inherente que representa tener una computadora o lápiz y papel. Si tienes ideas y buscas marcar un cambio, no es necesario estar titulado. Analicen el potencial como individuo y aprovechen las herramientas presentes para cambiar el mundo.
Podemos cambiar el mundo y convertirlo en un lugar mejor. Está en nuestras manos hacer la diferencia.
Nelson Mandela.
Sobre Relaciones Internacionales
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