¿Qué relación hay entre la rutina, el sabor y el estilo de vida cuando se trata de McDonald’s en Perú y Estados Unidos?

Escrito por: Mag. Angélica Becerra Castillo

En Estados Unidos, McDonald’s forma parte de la rutina: la mayoría de los estadounidenses (cerca del 75 %) consume comida rápida al menos una vez por semana. Incluso antes de la inflación reciente, el 65 % la incorporaba semanalmente en su dieta, y una minoría notable (13 %) la comía a diario.

En Perú, en cambio, la tendencia es más moderada: la mayoría consume fast food solo una vez al mes, quedando el consumo semanal relegado a un segundo lugar. Esta diferencia refleja que, mientras el estadounidense promedio ve a McDonald’s como una opción rápida y recurrente, integrada a su estilo de vida, el consumidor peruano tiende a reservarlo para ocasiones puntuales.

Preferencias gastronómicas y adaptación del menú 

Las preferencias culinarias locales también marcan distancia. En Perú, el plato de comida rápida por excelencia es el pollo a la brasa, muy por encima de las hamburguesas tradicionales, en segundo lugar (38 %) en popularidad. Por su tradición gastronómica, el paladar peruano es exigente: demanda variedad y toques gourmet incluso en la oferta de McDonald’s.

No es casualidad que la cadena haya introducido en Perú líneas de hamburguesas premium con ingredientes más sofisticados, respondiendo a consumidores que ven la hamburguesa más como un gusto de fin de semana que como una comida cotidiana. En EE. UU., por su parte, la oferta de McDonald’s ha privilegiado históricamente la estandarización y rapidez sobre la innovación culinaria.

Percepción de marca: entre modernidad e ícono cultural  

La percepción de la marca comparte puntos en común en ambos países. En Perú, desde su llegada en 1996, la marca se asoció con modernidad y ha cultivado una base fiel especialmente entre jóvenes; en EE. UU., sus arcos dorados son un ícono cultural que evoca nostalgia infantil (los Happy Meals). En ambos lugares el sabor sigue siendo clave para la satisfacción del consumidor –el 44 % de los peruanos señala el sabor como el factor más valorado, y en EE. UU. ocurre algo similar, donde la calidad del sabor compite con el precio como criterio principal de elección.

Las diferencias socioeconómicas también condicionan el comportamiento. Estados Unidos cuenta con más de 13 000 locales de McDonald’s dispersos por todo su territorio, reflejando su omnipresencia accesible para la mayoría. En contraste, Perú tiene 30 restaurantes a nivel nacional–concentrados en Lima y algunas ciudades–, lo que vuelve a McDonald’s un destino más limitado geográficamente y asociado a sectores urbanos de mayores ingresos. De hecho, el consumo promedio por visita en el país es de S/74, y en el segmento socioeconómico alto es de S/100 por visita, señal de que para muchos peruanos comer en McDonald’s es un gustito que implica un desembolso significativo.

Conexión cultural y oportunidades de crecimiento 

En síntesis, la experiencia McDonald’s en EE. UU. y Perú comparte la base de un mismo concepto de identidad global, pero florece de manera distinta, adaptando sus actividades y promociones para conectar con la comunidad y celebrar junto a sus clientes. Esto podría incluir menús especiales en Fiestas Patrias y sabores tradicionales. 

La participación de McDonald's en estas fechas debería tener como objetivo fortalecer su imagen como parte de la comunidad, visibilizando su apoyo a las tradiciones y costumbres nacionales modificando la oferta gastronómica e incrementando su consumo y adecuándose a las realidades del Perú. Si McDonald’s ya es parte de la rutina de muchos peruanos, también puede ser parte de nuestras Fiestas Patrias. Conectar es más que vender.